lunes, 3 de julio de 2017

Llamaron “sinvergüenza” al ministro de Justicia, y “Mariano Corleone”, al presidente del Gobierno

El 24 de junio se convocó en Madrid una manifestación contra la corrupción para las siete de la tarde que no fue masiva, aunque sí contó con un número significativo de manifestantes, los cuales fueron muy contundentes  en lo que denunciaban, tanto utilizando el lenguaje común y cotidiano como recurriendo a iconos cinematográficos. Así, llamaron “mafia” unas veces al Partido Popular, y otras, al Gobierno. Al presidente Rajoy lo denominaron despectivamente “Mariano Corleone”. La marcha partió desde la glorieta de Ruiz Giménez hacia la Puerta del Sol, pasando por la calle de San Bernardo, donde se encuentra el Ministerio de Justicia, ante el cual los congregados gritaron “¡No es un ministro, es un sinvergüenza!”, en referencia a su titular, Rafael Catalá. Allí mismo vocearon repetidamente “Los delincuentes están ahí enfrente”; “¡Gobierno, ladrón, basta ya de corrupción!”; y “¡Vergüenza, vergüenza!” Y es que en la protesta no se denunciaba únicamente la corrupción, sino también la impunidad que impide combatirla. Ambas ideas estaban plasmadas en la pancarta de cabecera: “Contra la corrupción y la impunidad, + democracia, + libertad, + derechos”. Como se puede observar es un lema muy completo, pues también incluye lo que, en opinión de los convocantes, puede ser la solución. Precisamente “Más democracia, más libertad y más derechos” es el título del manifiesto que se leyó en Sol antes de la actuación musical con la que concluyó la protesta.
La convocatoria fue realizada por la Plataforma contra la Corrupción y la Impunidad, a la que se han adherido 23 organizaciones y, además, recibe el apoyo de partidos políticos, sindicatos y otros movimientos sociales. En la protesta se vieron banderas republicanas y pancartas y símbolos de Ecologistas en Acción, Equo, Podemos, Izquierda Unida, Yay@flautas Madrid, CGT y Juventudes Comunistas. Una pelota enorme reivindicaba el agua cien por cien pública. Se sumó un pequeño grupo de la Marea Turquesa que en su pancarta denunciaba la corrupción de menores. También estaba el colectivo que vocea contra la impunidad del franquismo y por la recuperación de la memoria histórica.
La “mafia”
En el lenguaje simbólico de las pancartas, los cánticos y los lemas voceados, los manifestantes señalan al PP y, por extensión, al Gobierno como una “mafia” que roba el dinero público para enriquecimiento particular y para financiación ilegal del partido, lo que sería hacer trampas en las elecciones y, por tanto, no respetar el proceso democrático. En este discurso simbólico de la protesta en la calle, el PP y el Gobierno son denunciados directamente, sin recurrir a ninguna precaución y, por supuesto, no se dice “presuntamente”. Voceado: “No es un partido, es una mafia”; “No es un Gobierno, es una mafia”; “¡Ladrones, ladrones!”; “A ti que estás mirando, también te están robando”. Cánticos: “Había una vez un partido muy corrupto / que no paraba (2) / de robar / el Partido Popular”; “Hay que quemar (2) / la corrupción del Partido Popular”; “Se lo están llevando”. Pancartas: “CorruPPto, doPPado, tramPPoso, ImPPostor, imPPune” (texto sobre fondo forrado con billetes de 500 €); “Hay que echarlos por corruptos y mafiosos”; “PP pagó campañas con dinero público”; “Por fallar, mentir y robar, el PP perdió legitimidad”.
En coherencia con esta culpabilidad que los concurrentes achacan a los sospechosos y al PP mismo se pidió el castigo que, en su opinión, merecen: cárcel para los corruptos, ilegalización del partido y devolución de lo robado. Voceado: “La mafia popular, a Soto del Real”; “Rajoy y Cospedal, a Soto del Real”; “Ilegalizar al Partido Popular”; “Devolución de todo lo robado”. Pancartas: “Corruptos, a la cárcel”; “PP, Partido Peligroso. Ilegalizar al Partido Popular”.
Durante la marcha el PP y el Gobierno fueron llamados “mafia”, y para ambos se pidió reiteradamente la dimisión: “Por falso y ladrón ¡PP dimisión!” (Pancarta)”; “¡Gobierno, dimisión!” (Voz). Al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se le renombra cuando, una y otra vez, la muchedumbre canturrea “Mariano Corleone”. Así es, se cambia su apellido por el del jefe de la familia mafiosa más famosa de la ficción cinematográfica, Don Vito Corleone de la película El Padrino.
Rajoy es el personaje más rechazado en las pancartas; en una de ellas se le denuncia como “corrupto  y tirano”. En un número menor de mensajes sobre la corrupción también hay alusiones a la monarquía, el alto clero y la banca.
“Secuencia mafiosa”
El lenguaje del manifiesto es mucho más moderado, prudente y “correcto” que los mensajes expresados a lo largo del recorrido de la manifestación, no obstante, es también claramente denunciador. En el texto se afirma que la corrupción es sistémica en España y una herencia del franquismo. Cita casos acaecidos durante los gobiernos de UCD, PSOE y PP, aunque indica que con este último es “cuando se han alcanzado cotas inusitadas de corrupción y financiación ilegal”.
El manifiesto hace ver que la corrupción se compone no solo de “gobernantes corruptos”, sino también de “un poder empresarial y financiero corruptor”, y sentencia: “La corrupción es el aceite que engrasa la maquinaria del capitalismo”.
En el texto se explica brevemente cómo funciona la corrupción entre políticos y empresarios a través de lo que denomina “secuencia mafiosa”, que es la siguiente: “empresarios que donan importantes comisiones a partidos políticos a cambio de concesiones públicas, financiación ilegal del partido y enriquecimiento personal de algunos de sus dirigentes, negación de los hechos por el partido y no asunción de ningún tipo de responsabilidades”. La corrupción tiene repercusiones graves para la democracia: “Se falsifica la democracia al obtenerse el poder con campañas electorales financiadas ilegalmente o cuando se recurre a la compra de diputados como en el ‘tamayazo’”.
“¡Justicia!”
No es casualidad que la marcha transcurriese por la calle de San Bernardo, donde se ubica el Ministerio de Justicia, ya que la impunidad es otro escandaloso problema que impide combatir la corrupción. El manifiesto dice al respecto: “Cuando desde el gobierno del Partido Popular se intenta controlar a jueces y fiscales para asegurarse la impunidad, se está destrozando la independencia judicial y la división de poderes como puntal básico de una democracia”.
Los reunidos en la protesta, por su parte, exigieron “jueces de verdad”, una justicia útil y el fin de la impunidad. Pancartas: “¡Justicia!”; “Jueces de verdad, menos impunidad”; “Justicia social y jueces de verdad”; “Incapaz y lenta ¿Justicia?”; “Justicia eficaz y eficiente”; “Impunidad, nunca jamás”.
Recortes, privatizaciones y corrupción
Las medidas de austeridad emprendidas por el Gobierno de Rajoy, que implican el desmantelamiento del estado de bienestar y la precariedad en la que vive buena parte de la población, fueron relacionadas con la corrupción. En el manifiesto: “Hay una conciencia clara entre la ciudanía de que sus robos son nuestros recortes y que tienen que ver  con las políticas antisociales de ajuste y las privatizaciones que se están aplicando en España”. Añade la cifra del coste de la corrupción: “90.000 millones, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia”. El texto indica que la política de privatizaciones la ha fomentado. A continuación menciona ejemplos de corrupción en la sanidad y la educación públicas y en el Canal de Isabel II. Similares denuncias hacían los mensajes orales y las pancartas de la protesta. En ellos se menciona la corrupción en relación a los recortes en sanidad, educación y pensiones. Se voceó “Su corrupción, nuestros recortes”; “Más pensiones, menos corrupciones”; y “Sin corrupción, más sanidad y más educación”. Una pancarta en referencia a los sobres de dinero negro que presuntamente han recibido algunos  políticos rezaba “Tu sobre, mi recorte”. Otra, “Tu botín, mi crisis”. Se gritó “La privatización provoca corrupción”; y respecto al canal, “¡Delincuentes, el agua es de la gente!”
Los concurrentes, aunque la protesta era sobre la corrupción, también se refirieron a la llamada “crisis económica internacional”, y clamaron contra el trato dado a la banca. En este sentido, como en otras tantas marchas, se coreó “No es una crisis, es una estafa”. Se criticó el rescate a los bancos mientras persisten los desahucios y la pobreza: “Rescatan a la banca, ahogan a la gente” (voz); “Bancos rescatados, ciudadanos desahuciados” (voz). Recientemente ha sido noticia que no se recuperará el dinero del rescate a los bancos; una pancarta lo interpretaba así: “60 mil millones nuestros el PP regala a bancos”. En cuanto al gobernador del Banco de España que se subió el sueldo mientras exigía para los demás moderación salarial, esto: “Jefe de Banco de España: “Subir sueldos daña”. Él, 186.000 gana”.
“El pueblo”, responsable
En el lenguaje simbólico de casi toda manifestación “el pueblo” es presentado como luchador, justo y, en cierto modo, poseedor de la verdad y la razón; se supone que es el actor protagonista de la democracia. Generalmente, en una protesta los mensajes que se dirigen a “el pueblo” son para animarle en la unidad y la lucha, pero raramente es objeto de críticas o reproches, no se le suele afear una conducta. Pues bien, en esta marcha sobre la corrupción ocurrió, al menos dos pancartas apelaban a “el pueblo” y a su papel o, tal vez, su responsabilidad en el mantenimiento de la corrupción: 1) “”En democracia un pueblo que permite gobernantes corruptos es un pueblo corrupto”. La Lógica”; 2) “La Guardia Civil haciendo bien su trabajo y el pueblo español apoyando a la mafia. Patriotas de pastel”.
Más democracia
“La corrupción asesina la democracia” (pancarta); para combatirla el manifiesto propone precisamente más democracia, a su juicio, hay que “fortalecer la democracia, la participación ciudadana, la moralidad pública y la transparencia”. Además, formula las siguientes reivindicaciones:
§  Asegurar la independencia del poder judicial y de los organismos de seguridad que investigan estos delitos.
§  “Que no prescriban los delitos de corrupción económica y política”.
§  Sanciones a corruptos y corruptores.
§  Luchar contra los paraísos fiscales.
§  Devolución del dinero robado y creación de un fondo para fines sociales.
§  “Revocatorio de todo cargo público electo”.
§  Mayor control ciudadano sobre el poder político.
En definitiva: “Es fundamental recuperar la iniciativa ciudadana para acabar con esta situación de podredumbre”.
Particulares y colectivos pueden firmar el manifiesto en Madrid Libre de Corrupción.
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