viernes, 18 de diciembre de 2015

Cadena humana contra las leyes mordaza: “Seguiremos en las calles después de las elecciones”

El escenario era mínimo pero suficiente: una plataforma elevada sobre el suelo con micrófonos y otros aparatos del equipo de sonido, sin telón de fondo, tan solo un pequeño camión inmediatamente detrás y, pocos metros más allá, la fuente de la diosa Cibeles. A la derecha, el Ayuntamiento y un cartel en el centro de su fachada: “Refugees welcome”. En la parte baja del escenario, a los pies de los oradores, la pancarta con el lema de la convocatoria: “Contra sus mordazas, nuestra libertad. 15M”. Un joven orador pide un minuto de silencio por “todos los que llevan mucho tiempo sufriendo esta mísera estafa” —se refiere a la llamada “crisis económica internacional”— y, entre otros, nombra a los expatriados, los desahuciados y los afectados por la hepatitis C. El público manifestante aplaude en silencio, esto es, con el lenguaje de signos (brazos extendidos hacia arriba y manos que giran suavemente con  los dedos separados). Tras el minuto de silencio y quietud, estallan: “Que no, que no, que no nos representan”; “No mordaza, libertad”. El sonido de la batucada retumba y algunos asistentes bailan siguiendo su ritmo. De nuevo en silencio el joven orador retoma su breve discurso: “Seguiremos en las calles después de las elecciones”. Asegura que lo harán independientemente de quien acceda al poder tras las elecciones generales del 20 de diciembre, y añade: “Democracia es participación y se construye desde las calles”. Los congregados vocean “Sí se puede; el joven orador: “Vendrán nuevos retos”. Utilizando el femenino plural para referirse a todos y a todas proclama: “Si nos quieren amordazadas y divididas, nos tendrán juntas y en las calles”. Era alrededor de la una del domingo 13 de diciembre de 2015 y resplandecía y calentaba el sol en Madrid como si fuese una mañana de primavera. Los discursos sobre el escenario en Cibeles habían sucedido a la cadena humana contra la leyes mordaza (Ley de Seguridad Ciudadana, reforma del Código Penal y Pacto Antiterrorista). La protesta, convocada por el colectivo No Somos Delito,  había comenzado a las once y se había previsto que la hilera de personas dándose la mano se extendiese a lo largo del paseo del Prado, es decir, desde Atocha hasta Cibeles. El joven orador se congratulaba por la longitud de la cadena humana y exageraba al decir una cifra superior a los kilómetros del paseo.
Desde la plaza de Murillo hasta Cibeles
Los carriles del paseo del Prado que van desde Atocha —plaza del Emperador Carlos V— en dirección a Cibeles se cortan al tráfico rodado los domingos; ese circunstancia fue aprovechada para la protesta, pero la cadena humana no comenzó en Atocha, donde había furgones de la policía Nacional con los agentes en la calle charlando tranquilamente, sino que por el sur su punto de partida fue más cerca del Museo del Prado, exactamente en la plaza de Murillo; por tanto, la cadena humana no se extendió a lo largo de todo el paseo como se había previsto. Podía haber sido Atocha-Cibeles, pero fue Murillo-Cibeles. La participación estaba siendo menor a las expectativas. Además, a la cadena humana se le rompían los eslabones ya que se veían tramos vacíos. En la protesta se podían observar símbolos de bastantes colectivos, pero también se apreciaba que los grupos que formaban la cadena no estaban suficientemente nutridos, esto es, de cada asociación o plataforma habían acudido pocos manifestantes.
Entre las once y las once y media en la plaza de Murillo había ambiente de fiesta. La percusión de la batucada y las voces del grupo de payasos se intercalaban. Los primeros manifestantes se sumaban al corrillo y los fotógrafos, camarógrafos y reporteros entraban y salían del agrupamiento. Payasos y percusionistas gritaban contra las leyes mordaza y lo mismo se oía “¡Libertad!” que “Multa, multa, multa”. Sobre zancos estaba el “Policía Necional” —identificado así por el cartel que llevaba en la espalda—, que con su peluca azul y su gorra se dedicaba a poner multas a troche y moche. El buen humor, los bailes, los cánticos y el tono burlón no se aminoraban ni con la presencia de dos agentes de policía, de los de verdad, que montados a caballo paseaban hacia arriba y hacia abajo. La sorna de los payasos se derrochaba y eso que la mera estampa de los agentes sobre los equinos imponía.
La cadena humana poco a poco empieza a tomar forma, mientras tanto se reparten periódicos y octavillas, a saber: una guía antirrepresiva de la CGT, un comunicado para una concentración contra la guerra, un manifiesto ante las elecciones generales de la Asamblea Comarcal Noroeste. Unos jóvenes aprovechan la espera para acordonar parte del paseo poniendo una tira de plástico blanco con letras rojas de árbol en árbol en la que se lee: “Zona libre de CETA y TTIP. Hay más activistas contra estos tratados, por ejemplo los que portan la pancarta “Las personas y  el planeta no somos mercancías TTIP” (símbolo de prohibido sobre las siglas).
En el extremo sur de la cadena, teniendo de frente la plaza de Murillo y a sus espaldas el Ministerio de Sanidad, estaban los de la Marea Blanca que llevaban globos del mismo color y camisetas en defensa de la sanidad pública. Próximos a ellos hay participantes con camisetas de las plataformas antidesahucios y  otros de la Marea Granate que sujetan urnas de cartón en las que pone “Queremos votar #DesdeTodasPartes”. A lo largo de la cadena por sus pancartas o su atuendo se identifica perfectamente a los manifestantes de colectivos que acuden con frecuencia a protestar contra las consecuencias de lo que el joven orador llamó “mísera estafa”: los yay@flautas, los defensores del agua 100 % pública, los afectados por la hepatitis C, los de la Asamblea Merindades Norte de Burgos que rechazan el fracking, los de la Plaza de los Pueblos. Por supuesto, había voluntarios de Greenpeace con sus pancartas que reivindican la energía 100 % renovable y dicen “salvemos el clima”, pero que además llevan luchando contra la ley mordaza desde que se empezó a hablar de ella. Estaba ese señor que con su conjunto de folios con múltiples mensajes y banderas republicanas y palestinas es ya casi una institución de la protesta social madrileña. También se veía alguna bandera arcoíris y pancartas de Recortes Cero‑Los Verdes. La solidaridad internacional se apuntó a la cadena con una pancarta que decía “Ayotzinapa México. Grita por la justicia hasta encontrarlos. Madrid 43 Ayotzinapa”. El apoyo a los refugiados fue notable: “Todas somos refugiados, todas los mismos derechos” (pancarta). SOS Racismo llevaba cartelitos en los que se podían leer cinco exigencias: “1) Derogación del decreto de exclusión sanitaria. 2) Cierre de los CIEs. 3) Fin de las devoluciones en caliente. 4) Política de asilo y humanitaria. 5) Más opciones de regulación". 
Contra la ley mordaza se suman manteros y prostitutas
Lo más novedoso en la cadena humana, por ser poco habitual en las protestas contra las leyes mordaza, fue la asistencia de manteros y prostitutas. Las leyes mordaza son la Ley de Seguridad Ciudadana, la reforma del Código Penal y el Pacto Antiterrorista, aunque dicho en singular la ley mordaza es la Ley de Seguridad Ciudadana, que no solo afecta a manifestantes, periodistas o reporteros gráficos, sino que también permite sancionar a manteros y prostitutas en su trabajo diario. El artículo 37.7 castiga la venta ambulante no autorizada; y el artículo 36.11, solicitar o aceptar “por parte del demandante” servicios sexuales retribuidos en zonas de tránsito público, cerca de lugares para ser usados por menores o en lugares donde se pueda generar riesgo para la seguridad vial. También se sanciona ejecutar actos de exhibición obscena (artículo 37.5).
En la parte de la cadena humana donde se habían colocado los jóvenes manteros se podía ver claramente la pancarta “Papeles por derecho”. Algunos de ellos sujetaban pequeños carteles  en cuya parte inferior  se leía “La necesidad prima sobre la ley” o similar, y en la superior, con letras más grandes, había diferentes mensajes: “Ayudas a usureros y cárcel a manteros”; “Somos honrados”; “Si no vendemos, no comemos”. Algo diferenciaba a los manteros del resto de manifestantes y no era el color negro de su piel, sino cierta tristeza. Mientras que otros participantes reían, bailaban, gritaban o simplemente conversaban, los jóvenes negros formaban parte de la cadena humana prácticamente en silencio, con la cara seria, mirando a lo lejos. El cartel de uno de estos muchachos clamaba contra lo más grave: “No a la muerte ¡basta ya!” En la zona  donde se ubicaron las prostitutas tampoco se hacía fiesta, tan solo una bailaba al son de la batucada. Algunas llevaban máscara para ocultar su rostro. En su indumentaria predominaba el color morado. Algunas de sus pancartas son estas: “Si multas a nuestros clientes, nos perjudicas a nosotras”; “Víctimas de las leyes, no de mis clientes”; “No queremos la salvación de ninguna asociación. Fdo.: Colectivo Hetaria y Afemtras”.
Multados, enjaulados, amordazados, España es un carrito arrastrado por esclavos
La cadena humana estuvo acompañada por representaciones simbólicas que salían desde la plaza de Murillo hasta Cibeles, aunque una de ellas tuvo su punto de partida algo más adelante, ya que debía ser muy pesado avanzar desde dentro de un enrejado. Un grupo de manifestantes había formado una  especie de jaula, más o menos redonda y sin techo, sujetando cada uno de ellos una reja cuadriculada cuya altura iba desde los pies hasta por encima de sus cabezas. Cada integrante se situaba lo más próximo posible al compañero para que las rejas pareciesen unidas. Para moverse, manteniendo la forma de recinto cerrado, unos caminaban de frente, otros iban de lado y otros, hacia detrás. A la jaula le seguía una gran pancarta amarilla: “Ley mordaza = adiós democracia”. A los enjaulados se les cedió el paso para que se pusieran los primeros junto al escenario. Además de sujetar la reja y estar pendientes de que la jaula no se descolocase demasiado, los encerrados portaban carteles en los que se enunciaba determinada infracción y la cuantía de la correspondiente multa.
En las protestas contra las leyes mordaza realizadas en Madrid se ha recurrido con frecuencia a actos simbólicos que representan la muerte de derechos democráticos. En el paseo del Prado también hubo una de estas actuaciones, con su cortejo fúnebre y las plañideras llorando alrededor de un ataúd en el que se leía “R.I.P. Por las libertades de expresión, participación e información”. Sin embargo, la representación más original —y quizá dada a variadas interpretaciones— la protagonizaron unos chicos y chicas y un pequeño carro. Este era básico: un cajón —cuyos lados medían poco más de un metro— sobre ruedas. Era arrastrado por estas personas jóvenes vestidas de negro y amordazadas. A la cintura llevaban una soga que las unía entre sí y también al propio carro; parecían esclavos. El pequeño carro estaba adornado con banderitas de España rojigualdas en las que estaba estampada la silueta del toro de Osborne. Un chico con traje negro y un clavel rojo iba en el interior del carrito repartiendo multas a los que se cruzaban con él o se acercaban a preguntar; por ejemplo: “Negarse a entregar DNI para indagación y prevención, multa de 600 €”. El joven señalando todo el conjunto (carro, esclavos, multas) dijo que aquello era España.
“Ley de Seguridad contra la Ciudadanía”
 Sobre el escenario, y para ir cerrando la jornada de protesta, el joven orador dio paso a dos oradores más procedentes de la revista Mongolia y de la Plataforma para la Defensa de la Libertad de Información (PDLI). Uno de ellos era el humorista Darío Adanti, que leyó un manifiesto en el que a la norma en cuestión se la rebautiza con el nombre de “Ley de Seguridad contra la Ciudadanía”. Adanti hacía reír a los concurrentes con sus comentarios sobre Marcelo, el ángel de la guarda de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior y defensor de la ley mordaza. El otro orador de la revista Mongolia pidió que se deroguen la actual ley de seguridad ciudadana y la anterior. Refiriéndose a los partidos políticos dijo que “no se pueden apropiar de nuestras luchas con fines electoralistas”. Agregó que se debía seguir luchando. El público voceó “Estas son nuestras armas” al tiempo que alzaban los brazos con las palmas de las manos abiertas y los dedos separados.
En la protesta hubo música a cargo de un grupo que recorrió el paseo del Prado haciendo sonar sus zampoñas (instrumento peruano formado por tubos a modo de flauta), y sobre el escenario se sucedieron actuaciones musicales. Por supuesto, la Solfónica también entonó sus canciones para los asistentes. Poco antes de las dos de la tarde la acción de protesta se iba cerrando, aunque desde el escenario se anunció que luego habría una asamblea del 15M y teatro. No obstante, se acercaba la hora del almuerzo y los reunidos habían comenzado a retirarse. Bajando por el paseo todavía quedaba sobre el asfalto una exposición fotográfica sobre migraciones. Acompañaban a las imágenes los siguientes títulos: “Devolución en caliente”; “Redada racista”; “CIE Aluche”; “Los vuelos de la vergüenza”; “Sobrevivir al Mare Mortum”; “#FortressEurope”. Y sí, en la plaza de Apolo, ubicada en la zona ajardinada del centro del paseo, se estaba decorando el lugar para acoger a la asamblea. Extendidas sobre el suelo, para que las leyesen bien los transeúntes, había pancartas sobre diferentes temas o con los nombres de los colectivos de los barrios. Destacaban las pancartas sobre la situación de Palestina: “No somos delito. En Palestina resistimos desde 1948”; “2016: Paz, justicia, libertad” (sobre bandera palestina); “Boicot a Israel”. En la cadena humana sobre las leyes mordaza se vio un poco de casi todo lo que han ido reivindicando los movimientos sociales madrileños durante estos últimos cuatro años. Parecía el resumen de una lucha en la que se han ido añadiendo muchos desafíos. La democracia es algo más que un resultado electoral y mucho más que ir a votar. Como dijo el joven orador “Seguiremos en las calles”. Solo cabe recordar estas pancartas emblemáticas del 15M: “Nuestros sueños no caben en vuestras urnas”; “Mi escaño es la calle”.
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miércoles, 18 de noviembre de 2015

“Ante la duda, tú, la viuda”, voceado en la Marcha Estatal contra las Violencias Machistas

En la multitudinaria manifestación feminista del 7 de noviembre que comenzó a mediodía en el Paseo del Prado, recorrió Cibeles, Alcalá y Gran Vía, y a las tres y media de la tarde finalizó en la confluencia con la plaza de España, el lema de la pancarta de cabecera estaba escrito en las cuatro lenguas oficiales y en plural: “Contra las violencias machistas”. Este lema se repetía en las pancartas de bastantes colectivos llegados a la capital desde diferentes poblaciones de todo el territorio español. De la misma manera en el nombre de la convocatoria: I Marcha Estatal contra las Violencias Machistas. Está escrito en plural porque este tipo de violencia se da en distintos ámbitos y de diferentes formas. En el manifiesto de la protesta se citan algunos de estos ámbitos, por ejemplo en esta exigencia: “Que la lucha y los recursos incluyan tanto la violencia que ejerce la pareja o ex pareja como las agresiones sexuales, el acoso sexual en el ámbito laboral, la trata con fines de explotación sexual/laboral de mujeres y niñas y todas las violencias machistas”. 
Los medios de comunicación social han recogido las peticiones de la marcha mencionando principalmente las que aparecen en el manifiesto, siendo la más resaltada de todas ellas la primera: “Que la lucha contra el terrorismo machista sea una cuestión de estado”. Aparte de estas demandas, en la protesta los manifestantes con sus pancartas, sus actos simbólicos y sus voces introdujeron más reivindicaciones, denuncias y opiniones. El periodismo predominante ha reflejado solo una parte de todas las expresiones que hubo, esto es, ha hecho referencia a determinados lemas y actuaciones y ha obviado los de mayor rudeza y los más radicales, ya sea por motivos ideológicos, por mantener un lenguaje políticamente correcto o por las propias rutinas periodísticas. Así pues, en la mayoría de informaciones es fácil encontrar referencias a la performance de Women in Black y al acto simbólico de colocación de flores en Cibeles realizado por Generando Arte, sin embargo es más difícil hallar algo acerca de la exhibición de autodefensa que hicieron un grupo de mujeres con la cara cubierta o detalles sobre los bailes y cánticos alrededor de la imagen del llamado “Santo Coño”. En consecuencia, este tratamiento mediático da lugar a una visión muy limitada de la protesta, de sus contenidos y sus formas. Dicho más llanamente, en la marcha contra las violencias machistas hubo mucho más de lo que el lenguaje políticamente correcto de algunos medios permite contar. Eso sí, se puede decir que todos los simbolismos y expresiones coexistían pacíficamente, desde lo más convencional y emotivo hasta lo más rudo y bestial. Respecto a la presencia de mujeres con el rostro tapado, puede deberse a que parte de ellas sigan los usos y hábitos de la parafernalia radical, aunque también hay que tener en cuenta que para algunas mujeres maltratadas resguardar la imagen de su cara es una medida de seguridad.
Para la mujer, cambio de mentalidad. Para el machista, rechazo radical
Los mensajes de las pancartas de las organizaciones más grandes se dirigían a la sociedad y a las instituciones; su lenguaje era correcto, formal. Las pancartas de los colectivos más pequeños, las acarreadas individualmente y, sobre todo, las consignas voceadas asimismo se dirigían a instituciones y autoridades, pero además incluían mensajes concretos para guías religiosos, jueces, periodistas, educadores, en fin, para diversos agentes y, por supuesto, para los directamente implicados: la mujer y el machista. Para la fémina son los mensajes que proponen un cambio de mentalidad sobre las relaciones afectivas; para el agresor, los más extremos y brutales. En general, eran los jóvenes –chicos y chicas– los que se desgañitaban empleando el lenguaje más feroz contra el maltratador. La proclama “Ante la duda, tú, la viuda”, presente en alguna pancarta pero, sobre todo, coreada a pleno pulmón por diversos grupos de jóvenes a lo largo de la marcha da lugar a opuestas interpretaciones: por una parte puede considerarse durísima, de extrema crudeza; por otra, se puede pensar que simplemente está apoyando un cambio de mentalidad  en la mujer que le ayude a sobrevivir. En cualquier caso, esta frase recoge perfectamente la tónica de los mensajes destinados a la mujer y al machista. Exhorta a la mujer a salvarse ella en caso de tener que elegir entre su vida y la del agresor. A este último indirectamente le indica el máximo rechazo. El objetivo  es acabar con el machismo y para eso los machistas se tienen que extinguir; no valen las medias tintas, el mensaje es tajante: “Aplaudan, no dejen de aplaudir / los machistas de este mundo se tienen que morir” (cántico).
Para la protección de la propia vida las consignas orientaban a la mujer hacia un cambio de ideas respecto al amor, la familia o el matrimonio. En la marcha se pronunciaron proclamas que en cierto modo los desmitifican, quiebran su idealización. En especial, las frases advertían sobre lo que es y no es amor. Los grupos juveniles lo coreaban en un lenguaje coloquial pero concluyente: “El amor no es la hostia”. Otros ejemplos en pancartas: “No es digno ni es amar, el maltrato soportar”; “Si el amor aprieta, no es tu talla. Entrejóvenes Fuenla”; “El maltrato familiar, despreciable y criminal”.
Reivindicación de las palabras precisas: “asesinadas”, “asesinos”
En la actuación de Women in Black las siluetas de las mujeres que yacen sobre el asfalto son marcadas con una tiza para que así se identifiquen inmediatamente como “asesinadas”, utilizando el conocido simbolismo que se usa en las películas. El objetivo es que se diferencie entre las mujeres muertas y las asesinadas, respecto a las últimas siempre hay culpables: los asesinos —sus parejas o ex parejas—. Para remarcar la gravedad de los crímenes y para ser conscientes de los asesinatos incesantes, los mensajes de la protesta exigen un cambio en el lenguaje que se utiliza, haciendo especiales llamamientos a los medios de comunicación, por ejemplo, estas pancartas: “Periodista, sé realista, ellas no se mueren, ellos las matan”; “No somos números, somos vidas”. También se voceó la conocida frase “No son muertes, son asesinatos”, empleada en las protestas contra los suicidios por desahucios o en las de los enfermos de hepatitis C. La pancarta que llevaba la Asamblea Feminista Panteras  hacía mención expresa de quienes eran los asesinos: “No nos hallan muertas, nos han matado hombres”. Por supuesto, se pidió que cesen los crímenes: “Ni una menos” (ni una mujer menos) o “Ni una más” (ni una asesinada más).
Es habitual que en la lucha feminista las altas cifras de asesinatos machistas se comparen con las del terrorismo de bandas organizadas, cosa que también se hizo en la protesta: “Vosotros machistas, sois los terroristas” (voz); “Stop terrorismo machista. CGT” (pancarta). A pesar de esto, hay diferencias en la percepción que algunas personas y autoridades tienen de la gravedad del terrorismo machista y la del terrorismo organizado. Como se ha dicho a lo largo de la marcha fue constante la reivindicación de las palabras exactas: ellas, “asesinadas”; ellos, “asesinos”. Estos términos son necesarios para hacer visible mediante el lenguaje algo que hasta ahora parecía oculto, y ello es así porque del asesinato machista el conjunto de la sociedad no es tan consciente como del cometido por una banda terrorista. En este último caso tras el asesino hay una organización determinada, sin embargo en el caso de los asesinatos machistas tras el asesino hay algo más difuso, esto es, unos valores, unas normas, unas ideas, incluso una cultura que todo lo impregna: el machismo. Una pancarta dividía en tres ese ambiente violento en el que se vive inmersas: “1º Imponer, 2º pegar, 3º matar”. Entre los textos de la protesta se pudo leer la célebre cita de Benoite Groult: “El feminismo nunca ha matado a nadie. El machismo mata cada día”.
Autodefensa y seguridad institucional
En la manifestación participaron varias batucadas en las que predominaba la presencia femenina. Una de ellas iba precedida por un grupo de mujeres que realizaron exhibiciones de autodefensa. Eran muy jóvenes, vestían de negro y durante la demostración se cubrieron el rostro con pañuelos, bufandas o caretas. En sus camisetas ponía “Autodefensa Transfeminista Las Turas”. Una de ellas, situada en el medio, o sea, detrás del grupo de exhibición pero delante de las que llevaban los tambores, tenía la voz de mando: “Defensa arriba, guardia, puño a la cara”. Al tiempo que resonaban sus palabras, el grupo delantero ejecutaba las órdenes. Al terminar los espectadores de alrededor aplaudían y todos gritaban “Contra el patriarcado y su violencia, autodefensa”; “Si nos tocan a una, nos tocan a todas”; “No es un caso aislado, se llama patriarcado”.
Durante la caminata se pudieron leer peticiones destinadas a lograr más seguridad institucional para la mujer, por ejemplo: “Exigimos más medidas de seguridad”. Otra pancarta demandaba “Más información para jueces, fiscales, policías y psicólogos”. Había carteles con el teléfono de ayuda a la mujer que no deja rastro en la factura: “016 Denuncia el maltrato”. Una queja resonó a gritos: “Denuncia archivada, mujer asesinada”.
La libertad y el propio cuerpo
En una democracia se supone que todas las personas tienen derecho a la integridad de su cuerpo, pero el machismo se caracteriza por no respetar el de la mujer, por controlarlo y vulnerarlo. Las mujeres reivindican tener una libertad y una movilidad iguales a las que tienen los hombres, sin tener miedo a ser maltratadas o violadas, por eso coreaban: “La calle y la noche también son nuestras”. Se reclama libertad para un cuerpo que únicamente le pertenece a ella y sobre el que solo ella decide: “Mi cuerpo, mis normas”; “Mi cuerpo no quiere tu opinión”; “Mi cuerpo es mío, no se toca” (pancartas).
La reivindicación del propio cuerpo incluye especialmente la libertad en las relaciones sexuales de las féminas. Se rechazan las agresiones y se deja claro que “Sin consentimiento, es violación” (voz). Ante la opresión que el machismo ejerce sobre el cuerpo femenino, las jóvenes gritaban: “Mi vida, mi cuerpo, mi forma de follar no se arrodillan ante el sistema patriarcal”. Asimismo se reclamó libertad a la hora de elegir el sexo de la pareja y mofándose  de las conocidas explicaciones de Ana Botella contra el matrimonio homosexual cantaban: “Me gustan las peras, me gustan las manzanas, y me voy a la cama con quien me da la gana”. Los límites del Gobierno en la interrupción del embarazo de las menores de 16 y 17 años también fueron contestados: “Queremos abortar sin permiso de papá”; y se coreó el clásico “Nosotras parimos, nosotras decidimos”. Sobre el poder que las religiones pretenden ejercer sobre las mujeres hubo estos mensajes: “Ya seas cura o imán, a la mujer, igualdad”; “En España, Iglesia y Estado, con las mujeres se ensañan”.
Como en otras protestas feministas celebradas en Madrid —por ejemplo, las del 8 de marzo— en esta marcha estatal participaron las mujeres que portan la imagen de una vulva cubierta con un manto violeta sobre dos palos, de modo similar a como se llevan en procesión las tallas religiosas. Alrededor de ella se bailaba, se cantaba y se la jaleaba. Se referían a la imagen con distintos nombres, siendo el más mencionado el de “Santo Coño”. A esta ya famosa imagen se sumó otra vulva que llevaba una mujer colocada en su espalda como si fuese una mochila enorme. La danza de las vulvas se producía en Gran vía, bajo los grandes letreros de las salas de espectáculos, rodeada de gente que cantaba, aplaudía, fotografiaba o grababa. Con este divertimento una parte de manifestantes ponía el término a su presencia en la caminata. Mientras tanto, otro gran número de asistentes se situaba frente al escenario, ubicado en la confluencia con la plaza de España, para escuchar las canciones de la Solfónica, encargada de poner colofón a la marcha. Desde este escenario se dieron las gracias al Ayuntamiento de Madrid y al Movimiento Feminista de todo el territorio español. Se insistió en que es “cuestión de estado” y en que “el terrorismo machista tiene que terminar de una vez”. Después se voceó repetidamente “¡Viva el feminismo!” y “Sí se puede”.
Otras pancartas
“No es odio, es indignación”
“La educación es la vacuna contra la violencia. ¡Educando en la igualdad”
 “La violencia en el hogar se propaga más allá”
“Sin igualdad no hay democracia”
“Transfobia es violencia”
“No queremos un futuro, queremos un presente”
“Pegar, jamás!”
“No toleres el maltrato”
“Ni sumisas, ni pasivas. Estudiantes combativas”
Otras consignas voceadas y cánticos
“Aquí estamos, nosotras no matamos”
“Estamos hasta el culo de tanto machirulo”
“El reparto de tareas que se estudie en las escuelas”
“A igual trabajo, igual salario”
“Contra la violencia ni un paso atrás”
“¡Qué viva la lucha de las mujeres!”
“¡Alerta, que camina la lucha feminista, rebelde y combativa!”
“Vamos a quemar (2) / la Conferencia Episcopal / por machista y patriarcal”
“¡Qué viva la lucha de la mujer obrera!”
“Obreras somos, obreras seremos y a los machistas machacaremos”
“Machista, cabrón, no tienes corazón”
“Madrid será la tumba del machismo”
“La Mari Carmen, quién te ha visto y quién te ve / antes era una esclava / ahora feminista es. / La Mari Carmen no quiere coser / la Mari Carmen no quiere fregar / la Mari Carmen quiere trabajar”
“¿Dónde están, no se ven, los machistas del PP?”
“Ninguna agresión sin respuesta”
“Ni dios, ni amo, ni patriarcado”
“¡Alerta (2), que ya estamos aquí / la lucha feminista / por las calles de Madrid!”


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sábado, 14 de noviembre de 2015

Masiva participación y diversidad de colectivos en la Marcha Estatal contra las Violencias Machistas

Los medios de comunicación social han calificado de “histórica” y “multitudinaria” la Primera Marcha Estatal contra las Violencias Machistas que tuvo lugar en Madrid el 7 de noviembre de 2015. Ciertamente, hace bastantes meses que no había en la capital una protesta que con total seguridad pudiera considerarse masiva. A ella acudieron partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales de todo el territorio español incluyendo las islas —se vieron pancartas de Canarias y Mallorca—. Los medios también han destacado el incidente que se produjo cuando un grupo del partido ultraderechista Vox se presentó en la marcha con una pancarta que equiparaba machismo y feminismo. No fue bien recibido y tuvo que retirarse. A pesar de que ha sido referido en casi todas las crónicas , este fue un incidente menor, pues lo que verdaderamente caracterizó la marcha, favorecido por una mañana de otoño de sol radiante, fue un ambiente pacífico y festivo amenizado por el ritmo de varias batucadas integradas en su mayoría por mujeres. La prensa también ha recogido las principales reivindicaciones del evento, normalmente haciéndose eco de las que se expresan en el manifiesto redactado para la convocatoria. La primera de ellas y más mencionada es que “la lucha contra el terrorismo machista sea una cuestión de estado”.
¿Estaban PP y Ciudadanos? La importancia de llevar pancarta
Como de costumbre no existe coincidencia sobre el número de asistentes a la marcha. Los medios recogen cifras que van de las 100.000 personas al medio millón dependiendo de quien sea la fuente. Lo cierto es que la manifestación comenzó a las doce en el Paseo del Prado, no por casualidad a la altura del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y finalizó a las tres y media de la tarde en la confluencia de Gran Vía con la plaza de España, lugar en el que se colocó el escenario para los discursos finales y la actuación de la Solfónica. La pancarta de cabecera, violeta y blanca, decía “Contra las violencias machistas” en las cuatro lenguas oficiales y, debajo, el grupo convocante: “Movimiento Feminista”. Este lema escrito en plural, pues la violencia sobre la mujer se ejerce en diferentes ámbitos, aparecía en la mayoría de las pancartas y también en la fachada del Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, que de esta manera se sumó a la protesta. La prensa ha destacado la presencia en la marcha de las alcaldesas de Madrid y Barcelona —Manuela Carmena y Ada Colau, respectivamente—. En cuanto a los líderes de los partidos políticos, los medios han recogido las declaraciones de  los candidatos a la presidencia del Gobierno  del PSOE —Pedro Sánchez—, IU —Alberto Garzón— y Podemos —Pablo Iglesias— que acudieron a la protesta, así como las de los representantes del PP y Ciudadanos, aunque los líderes de estos partidos que asistieron no fueran del máximo nivel, ya que ni el candidato del PP —Mariano Rajoy— ni el de Ciudadanos —Albert Rivera— participaron. Por el PP asistió Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas; y por Ciudadanos, Begoña Villacís, concejala del Ayuntamiento de Madrid. Tampoco asistió el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso. Los medios de comunicación, quizá por resumir o por trabajar muy deprisa, han relatado que estuvieron presentes todos los partidos políticos que ellos consideran relevantes, sin embargo no se han fijado en que no todos estuvieron de la misma manera. No es solo que no participaran los candidatos a presidente del Gobierno del PP y Ciudadanos, es que además las personas enviadas no portaban ninguna pancarta en nombre de su respectiva organización, cosa que sí hicieron los demás. La pancarta del PSOE rezaba: “Libres de violencia de género. Contra el machismo, cero tolerancia. Nosotras estamos; ellos, también”. La de IU: “Por una sociedad libre de violencia de género. Izquierda Unida, Área de la Mujer”. La de Equo: “Red Equo Mujeres”. Los de Podemos sujetaban una enorme pancarta morada con el nombre del partido. También se veían las pancartas de algunos de estos partidos a nivel local y regional, por ejemplo: “Podemos, Lavapiés”; “IU Andalucía”. Además, alrededor de estas pancartas iban personas que agitaban sus correspondientes banderolas o vestían camisetas o chalecos con el emblema de su organización. Asistir a una manifestación con pancartas o con el propio simbolismo tiene su importancia, pues muestra que una organización determinada quiere estar presente y ser visible sin dar lugar a ambigüedades. Un grupo fácilmente identificable en una protesta expresa que de algún modo comparte una opinión y unas reivindicaciones; si es un partido político, además debería comprometerse con ello. ¿Alguien vio las pancartas de PP y Ciudadanos o algún otro símbolo que les identificara como partido político en la marcha contra las violencias machistas?
Las centrales sindicales CC OO y UGT asistieron a la convocatoria con sus pancartas y sus banderolas; en algunas de las cuales se había sustituido el color rojo habitual por el color violeta. También estaba con su pancarta “Stop terrorismo machista” la CGT, que hizo ondear sus clásicos banderines rojos y negros. Otros sindicatos minoritarios exhibieron su pancarta, como “Co.bas. Ni recortes ni precariedad. Basta de violencia machista” o  la “Intersindical Valenciana, Área de la dona”. Aparte de los sindicatos, perfectamente se podía identificar por sus emblemas a otras formaciones que los medios informativos no reflejan, ejemplos: PCE, Juventudes comunistas, Corriente Roja, Anticapitalistas, Agrupación Electoral Recortes Cero.
Variedad de colectivos
Muchos de los manifestantes de fuera de Madrid traían las banderas de sus respectivas comunidades autónomas, entre las que destacaban notablemente las ikurriñas. A pesar de la atención que los medios de comunicación prestaron a la presencia de partidos políticos y sindicatos, los que participaron en mayor número en la marcha fueron los movimientos sociales. Lógicamente, lo que más abundaba eran las pancartas del movimiento feminista y de las asociaciones de mujeres de diferentes ciudades y pueblos. No obstante, sobre esta marcha feminista  se puede decir que fue mixta; por todas partes se veían tantos hombres como mujeres, tantos jóvenes como personas de avanzada edad,  entre estos últimos, por supuesto, estaban los Yay@flautas de Madrid. Algunos hombres participaron a través de sus organizaciones, por ejemplo, la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE). Con batucada incluida estaba la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA), cuyos miembros lucían indumentaria violeta. Entre los grupos que defienden los derechos de lesbianas, gais,  bisexuales y transexuales (LGBT) estaban el colectivo Lambda, Galehi-Asociación de Familias Homoparentales LGBT y la Asamblea Transmaricabollo Sol; la gran pancarta de este último grupo decía “El eje del mal es heteropatriarcal”, y estaba acompañada por otras más pequeñas con retretes pintados: “Tira de la cadena para acabar con esta mierda”. Algunas de las administraciones municipales de diferentes localidades españolas también se identificaron en la protesta, por ejemplo: “Santa Pola. Concejalía de Igualdad”; “M.I. Ayuntamiento de Villena”. Como ya ha sucedido antes en otras protestas feministas, a esta también se sumó el Espacio Masónico de España. Habitual es ver en este tipo de manifestaciones las pancartas y los chalecos amarillos de Amnistía Internacional. Distintos colectivos del movimiento estudiantil y del vecinal también concurrieron. Las espartanas y los espartanos de Coca-Cola sujetaban una pancarta con la leyenda “Las mujeres trabajadoras, libres y luchadoras”. Los participantes de las Euromarchas, las cuales el pasado mes de octubre llegaron a Bruselas exigiendo la construcción de otra Europa, también se presentaron en la movilización feminista. Un joven, que llevaba un cartel en el que se leía “Ciudad Juárez (Méx.) Presente”, avanzaba junto a otros cuya pancarta revelaba que eran latinoamericanos.
Más participantes
La siguiente lista es solo una muestra de los muchos grupos que había y únicamente sirve para hacerse una ligera idea de la variedad de asistentes.
Asamblea Feminista Unitaria de Granada
Asociación Antígona. Soria
Asociación de Mujeres Candela. Hinojosa del Duque
Asociación de Mujeres Hypatia. Burgos
Asociación de Mujeres Juristas Themis
Asociación de Mujeres Las Trece Rosas. Armilla
Asociación de Mujeres Mariana Pineda. Macarena
Asociación de Mujeres Mejorana. La Puerta de Segura
Asociación de Mujeres Ventana Abierta. Pozoblanco
Asociación Nacional Alba. Pizarra. Málaga
Barrio Lucero
Camas contra las violencias machistas
Colectivo Feminista Fuenlabrada Akelarre
Colectivos Trans-feministas Autónomos
Comando Sororidad
Consejo Local de la Mujer. Fuenlabrada
Coordinadora de Mujeres de Valladolid
Coordinadora Feminista de València
El Puerto está presente
Entrejóvenes Fuenla
Europa Laica contra la violencia machista (laicismo.org)
Feministas de Cantabria
Feministas de Mallorca
Feministas por la Liberación Animal
Fundación Triángulo
Isadora Duncán
IZAR
Izquierda Capitalista Revolucionaria
La Región de Murcia contra las violencias machistas
Latinoamerican’s. Organismo socio-político
Mamiki
Marea Violeta Jaén
Marea Violeta Sanlúcar
Movimiento de Acción Estudiantil
Movimiento Democrático de Mujeres
Movimiento Democrático de Mujeres de Granada
Movimiento Feminista de Huelva
Movimientu Feminista d’Asturies
Mujeres de Negro contra las Guerras
Mujeres de Torrejón
Plataforma de Acción Feminista Almería
Plataforma en Defensa del Trabajo social en  España
Plataforma Feminista Alicant
Plataforma Feminista Galega
Plataforma por la Sexualidad y el Aborto Libres
Plaza de los Pueblos
Red Feminista de Albacete
Red Solidaridad Popular
Red Solidaridad Popular Latina-Carabanchel
SCUM
STE Salamanca
Talavera. Asamblea Feminista
Xirivella Coordinadora de Dones por la Igualtat



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miércoles, 7 de octubre de 2015

Euromarchas 2015: “Me recuerdan los grupos de la resistencia contra el fascismo en Europa”

La frase la pronunció Lourdes Lucía, activista de ATTAC, en la asamblea que las Euromarchas 2015 realizaron en la plaza situada frente al Museo Reina Sofía de Madrid el cuatro de octubre, desde el mediodía hasta las dos, bajo un cielo otoñal totalmente gris. Había poca gente para escuchar las exposiciones de los diferentes oradores y pocos medios de comunicación masiva para difundirlas. La mañana nublada y la amenaza de lluvia no explican por sí solas la desmovilización, ya que en la templada y agradable tarde del día anterior, sábado tres, tampoco fue precisamente masiva la manifestación con la que los madrileños recibieron a las Euromarchas a su llegada a la capital. Por supuesto, en la manifestación hubo más participantes que en la asamblea. La manifestación que culminó en Cibeles con la actuación de la Solfónica, que interpretó la ópera bufa El Crepúsculo del Ladrillo, resultó algo más atractiva para los medios de comunicación, especialmente los llamados alternativos, porque para los predominantes poco de todo esto mereció ser destacado. Angustias, la conocida yayafaluta del 15M, tomó la palabra en la plaza frente al Reina Sofía para quejarse de la escasa asistencia: “No hemos recibido a las Euromarchas como se merecen”. Preguntó dónde estaban los reporteros y los fotógrafos y se lamentó por todos los que no hacen nada. La frase de Lourdes Lucía “Me recuerdan los grupos de la resistencia contra el fascismo en Europa”, aludiendo a las Euromarchas y a los que luchan, quizá sea compartida por muchas personas, pero aquella mañana no estaban allí. Los que luchan en este movimiento de resistencia europeo contra la troika, la austeridad o el TTIP, no recibieron suficiente apoyo en Madrid, la ciudad donde nació el 15M y donde las movilizaciones han sido masivas durante estos últimos años.
Reivindicaciones
En las escaleras que hay frente al museo estaban sentados con sus chalecos amarillos los yay@flautas ­–alrededor de una decena–; los bancos que cercan la plaza se iban llenando de asistentes a la asamblea, curiosos y turistas; frente al escenario, que estaba al fondo, próximo a la calle Santa Isabel, los congregados que permanecían de pie no llegaban a ocupar ni la mitad del recinto. Las pancartas de las Euromarchas son de fondo azul con letras blancas, como sus camisetas y los autobuses. La que utilizaron para el escenario rezaba: “Euromarchas 2015. Construyamos otra Europa. Por una Europa de las personas, digamos ¡basta! a la Europa del capital”. Los colectivos participantes añadieron tres pancartas más: “Paraísos fiscales, delincuencia organizada”; “No al fracking. Asamblea Merindades Norte Burgos”; y “Absolución de los Campamentos Dignidad Extremadura y el Poder Popular”. Ante el micrófono se presentó el acto  afirmando que más de cuarenta organizaciones están implicadas en las marchas. Después se procedió a dar la palabra a seis oradores que disponían de cinco minutos cada uno para hacer su exposición sobre los principales temas de sus reivindicaciones.
Pobreza
Pablo Martínez de la Asociación Española contra la Pobreza recordó que el problema no es nuevo ni solo europeo y que se ha incumplido el compromiso que hubo hace quince años para erradicar “la pobreza de los más pobres”. “Para luchar  contra la pobreza tenemos que esperar a que distribuyan los sobrantes de sus cuentas de resultados”, denunció Martínez. Exigió que se tenga en cuenta a los pobres antes de tomar las decisiones, que las políticas sociales no sean subordinadas a los grandes acuerdos que privilegian los intereses de una minoría de gente, y que los procesos se hagan con transparencia: “Lo que se puede acordar a puerta abierta es lo que beneficia a todos y todas”.
TTIP (Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión)
Cuca Hernández de la Campaña contra el TTIP habló no sólo del TTIP sino de la existencia de varios tratados a nivel global, como el CETA –con Canadá– y el TISA, en el que están cincuenta países. Denunció que a través de ellos se produce una “apropiación de nuestros derechos” y que “se deja a la democracia sin sentido mediante mecanismos que permiten a las empresas demandar a los estados”, (Mecanismos de Resolución de Controversias entre Inversor y Estado). Añadió: “Cualquier política social transformadora puede ser demandada por una empresa”. Explicó que en el Consejo de Cooperación Reguladora los lobbies o grupos de presión “se sientan en la mesa con capacidad de vetar, modificar o corregir cualquier ley presente, pasada o futura”. Según Hernández, todo esto abre la puerta a las privatizaciones de los servicios públicos o al fracking y proclama un modelo de crecimiento y consumo masivo. Terminó su discurso con la consigna “¡No es un tratado, es un golpe de Estado!”
Austeridad y empleo
Irene de la Cuerda de la CGT definió la troika como “un organismo de tecnócratas no elegidos que dictan políticas económicas de austeridad que determinan el aumento de la pobreza”. Explicó que las normas que los estados tienen que cumplir se articulan en cuatro bloques: políticas donde los salarios deben decrecer; reformas laborales para dar flexibilidad interna y donde el empresario lo decide todo; pensiones que bajo el presupuesto de que no pueden ser asumidas por el Estado deben bajar; y un déficit en el que los estados deben asumir las deudas de las empresas privadas. Agregó que el déficit recae sobre los impuestos que paga la ciudadanía. Tras señalar que los políticos legislan para las élites que controlan el poder económico remachó: “esas leyes son armas de destrucción masiva de nuestros derechos”. Llamó a la ciudadanía a organizarse en los barrios, los pueblos y las fábricas “para dar respuesta a esta agresión del poder absoluto de la troika”.
Deuda
Berta Iglesias de Ecologistas en Acción dijo que el endeudamiento no es coyuntural, sino parte del capitalismo. Afirmó que la deuda atenta contra las personas y el planeta y que es una “herramienta de sometimiento”, como ya se había demostrado antes en los países del Sur, donde las economías se volvieron más dependientes. “La deuda es un traspaso de recursos del pueblo a las élites”, aseguró Iglesias. En su opinión la Unión Europea es “directamente culpable” y fue diseñada desde el origen para beneficiar a las élites. Denunció que los supuestos rescates a Irlanda, Grecia, Portugal y España que obligan a firmar los memorándum de entendimiento “atrapan a las generaciones siguientes”. Tras decir que la deuda aumenta las desigualdades y que es “impagable”, pidió que la asuman las élites. Proclamó: “¡No debemos, no pagamos!”
Servicios públicos
Carmen Esbrí de la Marea Blanca de Madrid (movimiento en defensa de la sanidad pública) aseguró que los servicios públicos “son un goloso elemento para hacer mercado” y “el objetivo más deseado de las transnacionales”. Denunció unos servicios públicos que funcionan con ese nombre, pero en los que hay muchísimas privatizaciones. Según Esbrí tenemos un “Gobierno colaboracionista de un sistema decadente, retrasado y criminal”, y aludió al caso de las muertes de los enfermos de hepatitis C. Reivindicó unos servicios cien por cien públicos. Finalmente señaló que la riqueza se redistribuye con los servicios públicos que además generan empleo.
Otra Europa
“Es una Unión Europea en la que gobiernan organismos que no representan a la ciudadanía, sino a la banca y las grandes corporaciones”, aseveró Lourdes Lucía (ATTAC). También denunció la existencia de paraísos fiscales que sirven a las grandes fortunas para evadir impuestos. En su opinión, estamos ante una “Europa falaz, que permite movimientos de capital y levanta muros para la gente”. También denunció que en las instituciones europeas se haya debatido sobre Venezuela y no sobre Hungría. Acabó su discurso hablando de las Euromarchas que son una “movilización de los que queremos una Europa democrática basada en la dignidad de todas las personas”.
Próximas acciones
Las Euromarchas son una acción conjunta de movimientos sociales y organizaciones políticas y sindicales de diversos pueblos europeos constituidas por cuatro columnas: suroeste (España, Portugal y Francia); sureste (Grecia e Italia); noreste (Países Nórdicos y Alemania); noroeste (Islas Británicas). La columna suroeste partió el uno de octubre en la frontera con Gibraltar –no tenía permiso para hacerlo dentro de la verja– y confluirá con las demás columnas en Luxemburgo; una vez juntas , culminarán su recorrido al llegar a Bruselas, donde permanecerán los días 15, 16, y 17 de octubre. “Tenemos dificultades económicas” aseguró Pedro Arrojó, uno de los organizadores de las Euromarchas, tras tomar el micrófono en la reunión frente al Reina Sofía. Animó a la compra de chapas y camisetas y al crowdfunding. Explicó que la iniciativa salió de la Red de Agua Pública de Aragón y que el tema griego la aceleró: “Era una obligación reaccionar”.
Arrojó distinguió entre dos objetivos: uno es decir ¡basta! y otro es iniciar un “proceso de reconstrucción de Europa”. Rememoró lo logrado por el 15M  y las mareas, especialmente por la Marea Blanca de Madrid, y los denominó “movimientos de referencia”.
Entre las acciones que se desarrollarán en Bruselas Arrojó anunció las siguientes: el día 15 rodearán la Cumbre de Jefes de Estado de la UE “de manera no violenta pero decidida”; el 16 tendrá lugar una “explosión de foros” sobre los temas de sus principales reivindicaciones; y para el 17 se prepara una gran manifestación europea en la que intervendrá la Solfónica junto a otros coros del continente e interpretarán Grândola, Vila Morena, una canción griega y el Himno a la Alegría.
En el turno de micrófono abierto a los asistentes tomaron la palabra Paco Sánchez de las Marchas de la Dignidad (22M), Angustias de los Yay@flautas y un hombre que exigía quitar la monarquía. Otro orador se refirió a la OTAN y dijo que se estaba produciendo la mayor movilización militar desde la Guerra Fría. Tras su mensaje, los congregados corearon “OTAN no, bases fuera” y “No a la guerra”. También tomó la palabra un abogado que trató el tema de la vivienda y los desahucios; otro hombre perteneciente al Círculo de Mayores de Sol dijo que los mayores estaban “culturalmente marginados” y pedía que tuviesen más información. Una inmigrante pasó ante el micrófono para recitar un poema de César Vallejo. Antes de concluir el acto se avisó de nuevas convocatorias que tendrán lugar en Madrid: el 24 de octubre habrá una acción contra la OTAN, y el 17 una manifestación de Atocha a Cibeles a las seis de la tarde de apoyo a la marcha de Bruselas. Además se animó a participar en la Euroconsulta, en cuya web hay un formulario en diversas lenguas de Europa. 
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sábado, 25 de julio de 2015

Espartanas de Coca-Cola, 18 meses en el “río de sangre”

Extendida sobre el suelo de la Puerta del Sol, la silueta recortada en tela roja de una botella de Coca-Cola en la que se lee “Coca-Cola nos quita la vida”; de la boca de la botella sale otra tira de tela roja que simboliza un “río de sangre”; sobre él siete mujeres vestidas de rojo (camiseta, gorra) y con los brazos, las piernas y las manos embadurnados del mismo color van cayendo una tras otra, después de llevarse las manos a la cara para expresar terror o pánico, al tiempo que el orador pronuncia frases desoladoras: “¡Tú, tu marido está despedido!”; “¡Tú, vas a conocer la angustia de no saber si podrás dar de comer a tus hijos!”; “¡Tú, mirarás con miedo e incertidumbre el futuro!”; “¡Olvidaos de soñar!” Seguidamente cambia el sentido del discurso y las exhorta a levantarse: “Esto es lo que la empresa quiere para nosotros, pero nosotros decimos que no, no lo van a conseguir, no dejaremos de soñar y no dejaremos de luchar porque nos levantaremos hasta la victoria”. Las mujeres en pie y toda la concurrencia vocean repetidamente “¡Ni un paso atrás!” Las mujeres de los trabajadores de Coca-Cola en Lucha, las espartanas de Coca-Cola (la marca aparece tachada en sus camisetas), realizaron la actuación sobre el “río de sangre” antes de comenzar la manifestación del 17 de julio de 2015, que transcurrió por las calles del centro de Madrid, desde la Puerta del Sol hasta la plaza de Santa Ana, donde se repitió la performance. Esta marcha de las trabajadoras y los trabajadores de Coca-Cola tiene lugar después de dieciocho meses de movilizaciones y tras varias sentencias ganadas en los tribunales. El pasado mes de abril el Tribunal Supremo confirmó la nulidad del ERE de Coca-Cola —se vulneró el derecho a huelga de la plantilla—, ratificando la decisión de la Audiencia Nacional que ya con anterioridad invalidó el despido colectivo. El 13 de julio la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional dio tres días de plazo a Coca-Cola Iberian Partners para comunicar a los despedidos su readmisión en el puesto de trabajo y sus condiciones de empleo. En la protesta, convocada por CC OO, también participaron Los ocho de Airbus, se trata de trabajadores para los que se piden penas de cárcel —ocho años y tres meses para cada uno— por los incidentes de la huelga general del 29 de septiembre de 2010.
Recorrido por las calles del centro
La actuación de las mujeres comenzó a las siete y media de la tarde. A pesar de que la sombra iba ganando terreno al sol, a esa hora el calor seguía siendo agobiante. La plaza estaba bastante concurrida y varias escenas llamaban la atención de los turistas y paseantes. Como siempre estaban los mariachis, las estatuas vivientes, los disfrazados de personajes infantiles; además, ya hace unos días en la Puerta del Sol permanecen los acampados contra las leyes mordaza (Ley de Seguridad Ciudadana, Código Penal y Pacto Antiterrorista). Están situados a un lado del “caballo” —estatua ecuestre de Carlos III—, y aquella tarde a aquella hora habían colocado sobre el suelo dos sombrillas, dos paraguas y pancartas de diferentes tamaños y variados mensajes, a saber: “¿Os habéis enterado del nuevo cambio de hora? El pasado 1 de julio a las 00:00 atrasamos nuestro reloj 50 años”; “Acampada Mordaza apoya luchas unificadas”; “Declaraciones del juez Vidal: ‘la desobediencia civil no es delito, es una forma de protesta’”. Mientras las espartanas se preparaban para la actuación, las pocas personas que había acampadas se pusieron de pie y a voces les mostraron su solidaridad: “La Acampada Mordaza no consume Coca-Cola”; “Contra su represión, nuestra solidaridad”; “No estamos solas, faltan las presas”. Por supuesto, en la plaza y durante la protesta se voceó la consigna que las espartanas y los espartanos han acuñado contra esa ley que también rechazan: “La ley mordaza para su puta madre”.
A las ocho los manifestantes iniciaron su andadura por la Puerta del Sol en dirección a la calle de la Montera. La pancarta de cabecera reza: “No al cierre de Coca-Cola Fuenlabrada. No bebas Coca-Cola. CC OOO”. Contiene la principal reivindicación de los trabajadores, pues, además del cumplimiento de las sentencias, exigen que la fábrica de Fuenlabrada no se cierre como centro de producción; para ello mantienen un campamento permanente – llamado Campamento de la Dignidad—cerca de la propia fábrica en el que los trabajadores vigilan para que no se desmantele. Como forma de presión plantean el boicot a los productos de la multinacional y en la protesta pidieron la solidaridad de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid y del resto de España con  diferentes proclamas, por ejemplo: “Si Madrid no fabrica, Madrid no consume”; “España no mola si bebe Coca-Cola”; “Después de dieciocho meses Coca-Cola sólo entiende un lenguaje: boicot, huelga y sabotaje”. Entre las consignas coreadas sobre la victoria en los tribunales y la readmisión estaban estas: “Que sí (3), que hemos ganado cinco sentencias y nos tienen que readmitir”; “Este ERE ha salido nulo y al que no le guste que le den por culo”.
La marcha transcurrió pacíficamente por calles estrechas y abarrotadas; una lechera de la Policía Nacional guiaba su paso entre las terrazas y los clientes de los comercios del centro. Las Juventudes Comunistas acudieron a la convocatoria con una pancarta que decía “Cumplimiento de la sentencia, ya”. También estaban presentes los del Sindicato de Estudiantes con este texto: “Coca-Cola despide a 1.250 trabajadores teniendo 920.000.000 € de beneficios. No bebas Coca-Cola”. Sin embargo, en esta marcha, más que los colectivos y los emblemas, lo que destacaba era la presencia de familias, de madres y padres con sus niñas y niños de todas las edades. Los más pequeños llevaban globos rojos en los que también se apelaba al boicot; unos globos que a lo largo de la marcha se repartieron entre los retoños de los transeúntes. La caminata fue amena y en ocasiones divertida. De vez en cuando se pronunciaban mensajes en inglés para informar a los turistas y solicitar su colaboración en el boicot: “Don’t  drink Coca-Cola”. Durante el trayecto, ante el micrófono, se imitó la voz de Rajoy gritando las reivindicaciones.
Cuando la marcha alcanzó la calle de Preciados se detuvo y desde el micrófono se agradeció el apoyo de los madrileños que no han consumido los productos de la multinacional. Los asistentes continuaron su recorrido por las calles Arenal, Fuentes y Mayor. Al llegar a la travesía de Bringas, antes de la angosta calle de Ciudad Rodrigo, hubo un ligero incidente con unos jóvenes ajenos a la marcha que la policía resolvió en pocos minutos, alejándolos de la protesta.
El ambiente distendido de la manifestación no impidió que se lanzasen mensajes realmente duros y acusadores contra la multinacional; se gritó: “Coca-Cola coacciona y extorsiona”; “Coca-Cola, terrorista empresarial”; “Multinacional corrupta y mafiosa”. Una pancarta ponía en evidencia sus emblemas publicitarios: “Sensación de vivir, la chispa de la vida, la fábrica de la felicidad. Hipócritas, mentirosos”. Otra denunciaba su actitud ante los ciudadanos y la ley: “Coca-Cola se ríe de mí, de ti, de la justicia”.
Al Gobierno y al PP se dedicaron también una gran parte de los mensajes que se oían a través del micrófono. Se aseveró que España no es una democracia, es una dictadura del PP y de los hijos del franquismo”. Los cánticos de máximo rechazo se dirigían al presidente Rajoy y a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, por la reforma laboral. Y como tantas veces cantando se advirtió. “Si quieres trabajar, si quieres estudiar, no hay que votar al Partido Popular”.
El “río de sangre”
A las nueve la marcha atraviesa la plaza Mayor, donde se vuelven a pronunciar los mensajes en inglés para que los turistas que la visitan entiendan los motivos de la protesta. Después avanza tranquilamente por la plaza de la Provincia y Jacinto Benavente, y a las nueve y media alcanza su punto final en la plaza de Santa Ana, donde llama la atención de las personas que disfrutan de las grandes terrazas de los restaurantes de la zona provocando algunos aplausos. Se va a repetir la actuación de las mujeres que ahora son nueve —en Sol eran siete—, y vuelven a extender las telas rojas por el suelo: la silueta de la botella de Coca-Cola de la que mana un río de sangre. Alrededor de las telas se esparce más sangre simbólica (pintura). Una voz masculina vigorosa declama el discurso que acompaña a la representación. El relato transmite el cambio que han sentido los trabajadores respecto a la empresa. La han percibido como si fuera suya, “nuestra empresa, nuestra gran empresa”, aseguran que la han defendido “orgullosos”, y además: “Nos hemos dedicado a ella al cien por cien, en cuerpo y alma”. Pero “de la noche a la mañana” la chispa de la vida” se convirtió para ellos en la “chispa de la tristeza”. El discurso anticipa lo que las mujeres de los trabajadores van a mostrar, lo que han significado estos dieciocho meses “difíciles, tristes y amargos”. En ellos han sentido miedo, angustia, e impotencia, pero también la fuerza de la solidaridad, pues han demostrado “al mundo entero que sí se puede, que con la unión y la fuerza pueden vencer todas las injusticias”. Añade que no se van a rendir hasta abrir “nuestra fábrica de Fuenlabrada y tener un plan de futuro para nuestras familias, nuestros hijos”.
En el discurso simbólico de la performance, las mujeres comienzan a caer en el “río de sangre” cuando el narrador, que ahora es ficticiamente la voz de la empresa, se dirige a ellas individualmente, tuteándolas y anunciándoles un panorama desolador, por ejemplo: “¡Tú, tu marido está despedido!”; “¡Tú, no vas a pagar la hipoteca!”; “¡Tú, vas a conocer la angustia de no saber si podrás dar de comer a tus hijos!”; “¡Tú, vas a ver deteriorarse la salud de los tuyos!”; ““¡Tú, mirarás con miedo e incertidumbre el futuro!”; “¡Olvidaos de soñar!” El “río de sangre” simboliza la violencia de los despidos. Las empresas con sus decisiones de dejar a la gente en la calle crean situaciones dramáticas en las familias. La escenificación pone de manifiesto como para estos trabajadores existe un fuerte vínculo entre el empleo y el desarrollo de la vida y la protección de la familia. Ese vínculo lo rompen los despidos. Es un río, es decir, las sangres de muchas familias representadas por las mujeres puede ser la sangre de una comunidad. Y es también la sangre de los hijos, donde se proyecta el futuro. El orador continúa: “Esto es lo que la empresa quiere para nosotros, pero le decimos que no, no lo van a conseguir, no dejaremos de soñar y no dejaremos de luchar porque nos levantaremos hasta la victoria”. Las mujeres se levantan y junto a todos los reunidos exclaman varias veces: “¡Ni un paso atrás!”. La “chispa de la vida” es un eslogan publicitario, la vida de verdad la custodian las espartanas en pie sobre el “río de sangre”.
Ejemplo de lucha
En los discursos finales que siguieron a la actuación de las mujeres intervinieron el secretario general de CC OO en Madrid, Jaime Cedrún, una eurodiputada de Izquierda Unida y una diputada de la Asamblea de Madrid de Podemos, que coincidieron en el reconocimiento expreso de la lucha de los trabajadores de Coca-Cola, de los que se dijo que eran ejemplo para los demás. También se les agradeció su participación en otras luchas sociales. Después intervino uno de los compañeros de Los ocho de Airbus que insistió en la gratitud: “Gracias por acoger nuestra pelea en vuestra pelea”. Agregó que después de una lucha colectiva ahora tienen una lucha individual, ya que se enfrentan a penas de cárcel. Dijo: “Defendemos el derecho de huelga”. Los presentes les ofrecieron su apoyo gritando “Libertad, detenidos por luchar”.
Llamamiento: “No dejéis a nuestros hijos y mujeres solos”
Un trabajador de Coca-Cola que tomó la palabra se refirió al último auto “favorable”, al del 13 de julio, con el que la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional ejecuta la sentencia del Tribunal Supremo. Estimó que lo importante es “la readmisión en nuestros puestos de trabajo”. Añadió que “garantiza  que la fábrica de Fuenlabrada se va abrir” y que “la  admisión regular va a llegar”. Explicó que a partir del 3 de agosto la empresa les dará un curso de formación de siete días y después vacaciones forzosas. Indicó que no quieren su dinero, sino las vacaciones legales, las que están en su convenio colectivo. La formación será a 30 kilómetros de sus domicilios, “lejos del campamento, para que esté desprotegido”. Según el trabajador, quieren acabar con el campamento. Por eso mientras dure la formación sus mujeres e hijos se encargarán de protegerlo. Temiendo que en su ausencia desalojen a las familias realizó un llamamiento a la sociedad: “No dejéis a nuestros hijos y mujeres solos”.
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