miércoles, 27 de noviembre de 2013

23N: “La sangre que tú donas, ellos la venden…” “¡Qué ‘desgraciaos’, les roban el dinero a los ‘jubilaos’!”

En algunas pancartas de la manifestación del 23 de noviembre, que comenzó a las 12 del mediodía en la glorieta de Atocha (plaza del Emperador Carlos V) y finalizó cerca de la Puerta de Alcalá, se atribuía a la clase dirigente, a los poderosos, a las élites políticas y económicas una degradación moral que suena extraña a la democracia y al propio respeto por lo más noble del ser humano. Una pancarta, sencilla en su texto, resultaba espeluznante en su contenido: “La sangre que tú donas, ellos la venden…Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid”. También se vocearon consignas que incidían en esa ruina moral de los que mandan, como esta, referida a uno de los temas principales de la protesta, las pensiones: “¡Qué ‘desgraciaos’, les roban el dinero a los ‘jubilaos!” En estos mensajes no se apela a la justicia, a las leyes externas, a lo impuesto, sino a la moral: a lo que nos permite distinguir entre el bien y el mal, a algo íntimo, profundo, esencial. A esa clase dirigente se le achaca haberse asentado en la infamia, en una maldad sin límites en la que cabe lucrarse con la generosidad del altruista que dona parte de sí para salvar a otro, o con la fragilidad de la persona mayor que con mucho esfuerzo ha sacado adelante a su familia y a este país quedando ahora desamparado. Son mensajes que nos dicen que “ellos” están quebrantando lo más venerado, lo más respetado por todos nosotros. Esta diferencia entre “ellos” y “nosotros” queda bien remarcada en la primera frase: “ellos la venden…”, y “ellos” son los poderosos, esa ruin clase dirigente. En la segunda frase está omitido el sujeto “ellos”, pero se dice “roban el dinero de los ‘jubilaos’”; sabemos que no se refieren a cacos callejeros, sino a alguien muchísimo peor: “ellos”, los poderosos. El lenguaje empleado en estas frases es sencillo y el tono reposado. Ya no hace falta recurrir a la estridencia del grito ni al insulto iracundo. No se voceó “hijos de puta” como en otras ocasiones, sino que se les dice simplemente “desgraciaos”, palabra que es suficiente para recalcar la repugnancia que sus acciones causan al entendimiento.
Dos marchas, la misma lucha
Lucía el sol, pero hacía frío bajo los árboles del Paseo del Prado. El ambiente de la protesta fue distendido, pacífico, sin embargo, a pesar de ello y de la hermosa mañana de otoño, no se percibía una gran fiesta de la clase obrera. Las dos marchas que hubo en Madrid, a la misma hora y por el mismo asunto, evidenciaban ¾desgraciadamente y como tantas veces¾ que no acaba de cuajar lo de “El pueblo unido jamás será vencido”. La otra marcha partió desde la Plaza de España, recorrió la Gran Vía hasta llegar a Alcalá, donde giró a la izquierda para desembocar en la Puerta del Sol. Lo importante es que salió gente a la calle, que las arterias centrales de la ciudad fueron tomadas por los participantes de ambas marchas.
Los convocantes de la manifestación de Atocha‑Alcalá fueron la Cumbre Social de Madrid¾en la que están las centrales sindicales CCOO y UGT¾ y la Marea Ciudadana de Madrid. La manifestación que partió de Plaza de España a Sol fue convocada por el Tribunal Ciudadano de Justicia y asambleas populares del 15M. En la marcha de Atocha‑Alcalá la pancarta de cabecera fue portada por los trabajadores de la Limpieza de Madrid, los cuales protagonizaron unas duras jornadas de huelga y negociaciones la semana anterior, y por personas que vestían camisetas verdes (educción), blancas (sanidad), amarillas (justicia), naranjas (servicios sociales) y trabajadores de Telemadrid. Después, pero distanciados, en un segundo plano, iba un fuerte cordón de seguridad integrado por personas ataviadas con chalecos rojos de UGT y CCOO que rodeaba, entre otros, a los líderes sindicales Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. Tras ellos avanzaban las grandes banderolas de estas centrales sindicales y de USO. Los lemas de ambas protestas eran similares en la forma, aunque no exactamente iguales en su contenido. La pancarta de cabecera de Atocha‑Alcalá decía: “Juicio a la banca. Salvemos lo público. Salvemos las pensiones. Salvemos a las personas”. La pancarta de cabecera de España‑Sol era: “Juicio a la banca. Salvemos lo público, las pensiones, a las personas”. La pancarta que portaban, junto a otros, los líderes de CCOO y UGT decía: “Defendamos lo público. Defendamos a las personas. Defendamos las pensiones”. Como se puede observar esta última proclama no incluye las palabras “Juicio a la banca”. El eslogan del Bloque Unitario ¾que caminó desde Plaza de España a Sol¾ era duro y acusador para las grandes centrales sindicales pues ponía las siglas de estas junto al Gobierno y a los empresarios: “Patronal-UGT-CCOO-Gobierno. Nos roban las pensiones, nos roban lo público”. No obstante, a pesar de todas estas diferencias y separaciones, había colectivos que estaban presentes en ambas manifestaciones; por ejemplo, Izquierda Anticapitalista acudió con un camión que transportaba a los animadores y al equipo de sonido a la marcha de Atocha‑Alcalá, pero sus banderolas de colores también se vieron avanzando hacia Sol. La masa no seguía a raja tabla la decisión de los convocantes de marchar separados, de modo que hacia la una y media de la tarde, acabada la manifestación de Atocha‑Alcalá, muchos de sus asistentes se encaminaron hacia la otra protesta, sumándose a ella en la confluencia de Gran Vía con Alcalá. La apelación a la unidad estuvo presente como tema principal en muchas consignas y pancartas: “¡Ni un paso atrás! Viva la unidad de la clase obrera. CJC. PCPE”; “Tsunami de mareas hasta derribar al Gobierno. Izquierda Anticapitalista”;”Hay motivos para luchar ¡juntos!”; “¡Unamos las luchas! Fuera Rajoy, Troika”; “Sí, sí, unidad, pero para luchar” (voz).
Más sectores afectados, más que se movilizan
La marea humana que invadió el centro de la capital con sus reivindicaciones en las dos marchas era tan variada que transmitía la idea de que cada vez son más los sectores laborales afectados y de que no se salva ningún grupo social que pertenezca a la clase trabajadora. Está tocado tanto el sector público (recortes, privatizaciones, repagos) como el privado (despidos, cierres); el que trabaja (precariedad) como el que está en paro; los jóvenes (desempleo, educación) como los mayores (pensiones). Entre una marcha y otra las calles se llenaron con personal de los centros de salud y los hospitales públicos; maestros, profesores y alumnos; bomberos, trabajadores del ferrocarril y de Iberia, de la limpieza, la construcción, el comercio, la hostelería; de la cultura y las televisiones públicas, incluso del Museo del Prado que exigían transparencia. Voceando “Estas son las manos que lavan la ropa” se hacían notar las trabajadoras de la Lavandería Hospitalaria Central, quienes tras la privatización sufrirán despidos y rebajas salariales. Había bastantes personas mayores entre los afectados por las Preferentes y sujetando las pancartas que reivindican las pensiones, la dependencia y la sanidad; hasta acudieron los que luchan contra la impunidad del franquismo. Se vivió en Madrid esa sensación de “somos muchos”, a pesar de la manipulación que el Partido Popular se trae con lo de la “mayoría silenciosa”. Esa sensación se vio reforzada por los nombres de los colectivos que exhibían sus pancartas y banderolas. En la protesta de Atocha‑Alcalá, aparte de las de los sindicatos ya mencionados, estaban las de Izquierda Unida, Equo, Plataforma sindical, Frente Cívico, Sindicato de Estudiantes, CJC, PCPE, CEPYP, ICADE. En la marcha de España-Sol: 15M, Tribunal Ciudadano de Justicia, ATTAC, Solidaridad Obrera, CGT, Coordinadora 25‑S, Green Peace, Stop Desahucios. Pero esto es solo una muestra de lo mucho que había, por banderolas que no fuese, ondeaba hasta la del Partido Animalista.
Dos temas van adquiriendo cada vez más importancia en las protestas: las pensiones y la represión. Por ejemplo, respecto al primero, de Atocha a Alcalá se vieron estas pancartas: “Pensionazo. Menos trabajo = menos pensión. USO”; “Contra los recortes en sanidad y pensiones. Jubilados y pensionistas del metal, construcción y afines”; “En defensa de: sanidad, pensiones y dependencia. CEPYP”; “Las pensiones no se tocan ¡No al pensionazo! Izquierda Anticapitalista”. “No a la reforma de las pensiones. Por el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones. CC OO, UGT, Jubilados y Pensionistas”. El tema de la represión fue más denunciado desde Plaza de España a Sol y se centraba especialmente en la Ley de Seguridad Ciudadana, aunque casi no se la mencionó con ese nombre, sino que se la llamó “Ley mordaza”, “Ley anti protesta” o “Ley anti 15M”. Algunas pancartas: “Leyes contra protestas por los recortes ¡No!”; “Ley mordaza, Golpe del PP”; “Ley mordaza, dictadura descarada”.
“Fuera, fuera, fuera, de la Unión Europea”
Los manifestantes consideran responsables de toda esta destrucción de lo público y del saqueo generalizado a la patronal y, parcialmente, a los grandes sindicatos, a la banca y a dirigentes nacionales e internacionales. Se aludió especialmente a la banca: “Nos dicen en su tele, su tele / los recortes son buenos / ¿para quienes? / Coño, para los banqueros” (canción); “Los banqueros, que paguen los primeros” (voz); “Banqueros robando, jueces ayudando” (pancarta). Del ámbito más cercano se nombró a la alcaldesa de Madrid y al consejero de Sanidad del gobierno autonómico: “La Botella, al contenedor”; “Lasquetty, dimisión”. A nivel nacional se pidió una vez más la dimisión del Gobierno y se gritó “Rajoy, capullo, lo público no es tuyo”, y “De Guindos, sicario del Fondo Monetario”. La protesta traspasa las fronteras nacionales y se hace referencia a los líderes mundiales: “Merkel, Obama, atraco a mano armada”; “No se vende, no nos da la gana, ser una provincia de la banca alemana”. Un grupo de jóvenes mostraba un descontento extremo que a otros compañeros de protesta sorprendió, cantaban: “Fuera, fuera, fuera, de la Unión Europea”; “La Unión Europea nos explota y nos saquea. ¿Cuál es la solución? La salida de la Unión”.
Madrid será la tumba del fascismo”
En la marcha de Atocha-Alcalá al igual que en la de España-Sol se coreó ““Madrid será la tumba del fascismo”, frase emblemática que se oye mucho últimamente en las protestas y que evoca la resistencia de la ciudad en otros tiempos; pero también la desolación de estar siempre en la misma guerra.

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viernes, 22 de noviembre de 2013

A la calle contra la ley mordaza y el estado policial

Nos quieren esclavos y callados
Nunca creyeron en la democracia de verdad. Se sirven de su forma para acceder al poder, pero no muestran el menor respeto por la participación ni por las personas. Tampoco reniegan clara y tajantemente de la herencia que traen.
El tufo franquista se está colando en la futura Ley de Seguridad Ciudadana, ley mordaza que restringirá el derecho de manifestación y el derecho a la información ¾en su doble vertiente: emitir y recibir noticias, ideas, opiniones, imágenes¾ y que también ocultará los abusos policiales.
Tras el golpe de estado del 23F de 1981, miles de personas se manifestaron en la calle para defender la democracia, más de treinta años después, tras el anuncio de esta ley mordaza, tendremos que hacer lo mismo: salir a la calle para defender la poca democracia que nos queda, incluido el propio derecho de manifestación. Los pilares están tocados, habrá que hacer algo antes de que se hundan.
Si se restringe el derecho de manifestación y la libertad de expresión se silencia a la sociedad civil y a las distintas corrientes de opinión que de ella emanan. El derecho a la información nos permite conocer toda esa pluralidad de ideas y opiniones. Cuando ungrupo o un movimiento social se manifiesta es para llegar a los medios de comunicación colectiva, para que estos recojan su protesta y la difundan, de modo que todos podamos conocer denuncias de nuevas realidades o, sencillamente, una pluralidad de opiniones. Con la ley mordaza del PP se dificulta el trabajo periodístico que DEBE abrir el espacio público informativo, para que sirva de contrapoder, es decir, para dar voz a esa sociedad civil y a esa opinión pública que carece de otras plataformas que no sean la protesta en la calle y su repercusión en los medios de comunicación masivos. Es la forma que tenemos, hasta ahora, de garantizar la pluralidad de opiniones y que estas afloren. Con la Ley de Seguridad Ciudadana del PP será visible solo una opinión pública controlada, mermada, o un pensamiento único propio de regímenes no democráticos. Pero, además, los ciudadanos y los periodistas no podrán dar a conocer ni recibir información sobre abusos policiales, violándose así el derecho a la información en su doble vertiente: emitir y recibir. Por supuesto, no hace falta decir que la ocultación de los abusos de las fuerzas del orden solo es propia de regímenes dictatoriales.
Perdón por el rollo anterior; lo mejor será hacer algo, por ejemplo: aprovechar las convocatorias de manifestación que hay para el próximo 23 de noviembre. En ellas, además de poder protestar contra la “mafia saqueadora del estado del bienestar”, podremos hacerlo contra esta futura ley mordaza y un régimen policial.
En Madrid debido a las diferencias entre los convocantes hay dos manifestaciones, ambas a las 12 del mediodía con similares lemas, pero con distinto recorrido. Lo importante, dado la gravedad del problema que nos ocupa, es acudir a cualquiera de las dos.
Convocantes: Cumbre Social de Madrid y Marea Ciudadana de Madrid
Recorrido: Desde Atocha (plaza del Emperador Carlos V) de la calle de Alcalá
Hora: 12 h.
Lema de Cumbre Social: “Emplea tu fuerza. En defensa de lo público, las pensiones y las personas”
Lema de Marea ciudadana: “Salvemos las pensiones. Salvemos lo público. Salvemos a las personas. Juicio a la banca”
Convocantes: Tribunal Ciudadano de Justicia y asambleas del 15M
Recorrido: Desde plaza de España a Sol
Hora: 12 h.
Lema: “Juicio a la Banca, salvemos lo público, salvemos las pensiones, salvemos a las personas”

sábado, 26 de octubre de 2013

“Este invierno 1 de cada 10 familias no va a poder encender la calefacción porque no puede pagarla”

El jueves 23 de octubre a las ocho y media de la tarde en la Puerta del Sol se realizó una concentración contra la pobreza energética convocada por los siguientes colectivos:Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Asociación de Ciencias Ambientales, CECU, Fundación Renovables, Asamblea de la Plaza de los Pueblos (15M), Acción en Red, Sodepaz, SETEM MCM y Asociación de Vecinos de Orcasitas. En esta acción, que tuvo lugar igualmente en otros catorce pueblos y ciudades de España, los asistentes se abrigaron con mantas y encendieron velas para simbolizar la precariedad por la que atraviesan “un 10% de familias” que carecen de recursos para cubrir sus necesidades básicas de energía. Sobre las mantas, por la parte de la espalda, algunos de los congregados en Sol habían prendido un cartel en el que se leía: “Este invierno 1 de cada 10 familias no va a poder encender la calefacción porque no puede pagarla”. Según testimonios procedentes de Cáritas y otras organizaciones no gubernamentales, relatados por los convocantes en la propia concentración, algunas familias ya no piden estufas para pasar el invierno porque no pueden pagar la energía, sino mantas y velas. También se dijo que las personas con escasos recursos están demandando conservas y comida precocinada a los bancos de alimentos porque no pueden permitirse cocinar en casa legumbres crudas. Se denunció que los niños no pueden asearse con agua caliente y que para las personas mayores vivir sin calefacción supone un deterioro de vida.
El número de asistentes fue pequeño a pesar de la gravedad de lo que se denunciaba y de que cada nueva subida de la luz nos afecta a todos. Se situaron a un lado del “caballo”¾estatua ecuestre de Carlos III¾ y formaron un círculo de dos vueltas en cuyo centro se sucedían los oradores. La pancarta más grande la sujetaban en sus manos, sin palos en lo alto, dos personas y en ella se leía un texto extenso: “Boicot: Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa, Gas natural, Enel Viesgo, HC Energía. Nos mienten, nos roban, nos insultan. ¡Basta ya! Pueblos riquísimos en recursos naturales viven en la extrema pobreza. Pueblos indígenas, desplazados estamos pagando sus negocios. Infórmate, cámbiate, boicot”. Así pues, la protesta no se refirió únicamente a la carestía que se padece en España, sinotambién a los grandes estragos que producen los oligopolios a nivel internacional.
Durante la concentración se procedió a leer el manifiesto, a repartir octavillas y a colocar las velas en el suelo en el interior del círculo. Había dos furgones y un coche de la Policía Nacional. Los agentes no llevaban casco puesto pero vigilaban muy de cerca la acción. A la media hora de haber esta empezado, los policías llamaron a uno de los portavoces, quien, tras conversar con ellos, se dirigió a los concurrentes para decir que quedaba desconvocada la protesta. En el corrillo se murmuraba: “Es que no se ha pedido permiso”. No obstante, la gente no se iba porque una señora mayor dijo que iba a hablar Jorge, un joven ingeniero bilbaíno que está en huelga de hambre en Sol para pedir que dimita el Gobierno y cambien las cosas. Jorge fue llevado por la anciana al interior del círculo, pero apenas se le oía. Acabado su discurso, los congregados gritaban “Gobierno dimisión” y “Sí se puede”.Seguidamente, dos policías pasaron al interior del círculo. Algunos empezaron a vocear “¡Basta ya, de estado policial!”, pero otros comenzaron a dispersarse por la plaza. Cuando los agentes salieron del círculo aun quedaban unas pocas personas silenciosas y tranquilas alrededor de las velas. En fin, mucho celo para cuatro gatos.
Principales reivindicaciones
En una de las octavillas que se repartieron se denuncia la reforma energética del Gobierno porque no resuelve los dos principales problemas del modelo energético español: “la dependencia de la importación de combustibles fósiles y uranio” y “el control de la política energética por parte de un oligopolio empresarial”. También se enumeran cuatro principales reivindicaciones:
1. Que la política energética responda a los intereses de la sociedad, estableciendo mecanismos de participación ciudadana para la toma de decisiones, empleo local y soberanía energética.
2. Que se promueva un modelo energético solidario, que incluya un bono social de energía para las familias con menos ingresos y que se elimine de la actual reforma la posibilidad de cortarle el suministro de energía a hospitales y colegios por impago.
3. Un modelo energético limpio, que aproveche las fuentes de energía renovables, también a nivel doméstico, y fomente el ahorro y la eficiencia energética (la rehabilitación de edificios es imprescindible).
4. Que se fomente el autoconsumo y se derogue el ‘impuesto al sol’”.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La ‘marea blanca’ recobra fuerzas y carga contra el consejero: “Lasquetty, dimisión, por fascista y por cabrón”

Vuelve el otoño y con él una marea blanca masiva en defensa de la sanidad pública madrileña. En realidad, la marea blanca ha permanecido en estado latente durante el caluroso verano, o sea, no se ha ido del todo sino que se han realizado manifestaciones, aunque menos numerosas, estos tres meses: el 23 de junio, desde Sol a la Puerta de Alcalá; el 21 de julio, temprano, a las 10 de la mañana para abrazar la Puerta de Alcalá; y el 18 de agosto, una concentración frente al Ministerio de Sanidad. La marea del 22 de septiembre¾las manifestaciones se suelen convocar el tercer domingo de cada mes¾ congregó, de forma similar a las celebradas en el otoño y el invierno, a miles de personas que a mediodía salieron de Neptuno y fueron llegando a la Puerta del Sol hasta pasadas las dos de la tarde. Los movimientos de la resistencia madrileña acudieron a la marcha, convocada por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP), a pesar del éxito parcial obtenido con la paralización cautelar del proceso de privatización de la gestión de seis hospitales por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. La marea blanca no se conforma con este logro transitorio y arremete contra el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, con fuertes y broncas palabras pronunciadas a gritos: “Lasquetty, dimisión, por fascista y por cabrón”. Durante la protesta queda claro que este responsable político no goza del respeto de los participantes; la mofa contra él se desborda: “Lasquetty es un vampiro y nos quiere chupar la sangre. Que nos la chupe, que nos la chupe”. El desprecio, las descalificaciones y el insulto no se queda únicamente en este consejero ni en los gobernantes de la Comunidad de Madrid, sino que se extienden otra vez más al Gobierno de la nación con un eslogan de similar construcción: “Gobierno, dimisión, por corrupto y por cabrón”. El presidente Rajoy tampoco se libra” Mariano, cabrón, suelta la tijera, más que presidente pareces peluquera”. El consejero, “fascista”; el Gobierno, “corrupto”; y el despectivo “cabrón” para todos, que, según la RAE, es aquel “que hace cabronadas”, siendo estas últimas una “mala pasada, acción malintencionada o indigna contra otros”. Estos son los calificativos que utiliza la resistencia madrileña, aunque en las crónicas de las protestas en los medios de comunicación masivos se obvie este discurso malsonante y totalmente desfavorable, en el que los que nos gobiernan son considerados antidemócratas o/y delincuentes tal y como resume esta otra frase: “Este sistema no es una democracia, este sistema es una mafia”.
Por la sanidad y por todo lo demás
En la marea blanca del pasado domingo los grupos que acudieron no eran solo del sector sanitario, ni siquiera los temas que se denunciaban o reivindicaban estaban únicamente relacionados con la sanidad pública. La variedad de colectivos, ciudadanos y temas que allí concurrieron son de difícil ajuste con las palabras del consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, quien para descalificar la protesta ha declarado ante los medios que en la marea blanca solo hay manifestantes que defienden sus “intereses corporativos”. Por supuesto que a través de sus banderolas mostraron su presencia CSI-F, SATSE, AMYTS, CC OO y otros grupos pertenecientes a la organización convocante; aunque lo que más abundaba eran las pancartas con los nombres de los diferentes hospitales y centros de salud portadas por trabajadores y pacientes; en la mayor parte de ellas el lema era el mismo, el que se ha convertido en característico de esta protesta: “La sanidad pública no se vende, se defiende”. Asistieron tanto los defensores de los hospitales nuevos objeto de privatización como los de los más grandes y emblemáticos de la Comunidad de Madrid: Infanta Sofía, Infanta Cristina, Infanta Leonor, Henares, Tajo, Getafe, Cruz Roja, La Paz, Puerta de Hierro, La Princesa, Niño Jesús, Móstoles, Ramón y Cajal, Virgen de la Torre, Santa Cristina, etc. A lo largo de la marcha también se vieron ondear las banderolas de Izquierda Unida Madrid y Equo y las de otros colectivos políticos y sindicales minoritarios: Izquierda Anticapitalista, Corriente Roja, Co.bas (Comisiones de Base), Partido Castellano, Comité de Empresa UPS Vallecas. Las asociaciones vecinales y sociales, como otras tantas veces, formaron parte de la marea blanca, por ejemplo: Coordinadora de Asociaciones de Vecinos del Distrito de San Blas, Frente Cívico de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, Plataforma Ciudadana Zona Norte, Coordinadora 25-S, COGAM, Mayores del 15-M, la Plataforma de Inmigrantes (PIM) que llevaba una pancarta en la que se decía: “Llevamos un año sin sanidad universal. Exigimos derogación RDL 16/2012”.
Los temas de las consignas y pancartas, como ya se ha indicado, hacían referencia a la sanidad pública pero también a los derechos laborales, la educación, otros servicios públicos, las pensiones, el desempleo, la corrupción, la deuda, la pobreza. En cuanto a los temas sanitarios, en la marea blanca se rechaza la concepción de la sanidad como un negocio y en este sentido se escucharon y leyeron lemas como estos: “Fuera las empresas de la sanidad”; “No a la gestión privada en atención primaria”; “Burbuja hospitalaria. Privatización, no”; “¡Es un derecho, no un negocio!”; “Hospital privado, hospital robado”. Con la misma idea se dirigían las pancartas a Hima San Pablo, la empresa puertorriqueña cuyo presidente, Joaquín Rodríguez, en una entrevista en a la cadena SER admitió que le interesaba hacer turismo sanitario, de ahí que sobre una pancarta se vislumbre una playa idílica en la que un tiburón se come la sanidad pública mientras un buitre posa sobre una tabla de surf. En otra pancarta se leía: “Sanidad 100% pública. Hima S. Pablo, no te queremos”, y es que Rodríguez en esa misma entrevista declaró: “Ir a un sitio donde a uno no le quieren no es bueno”. Había pancartas que hacían alusión a conflictos laborales, como la de las limpiadoras del hospital de Getafe en la que denunciaban su situación: “Que nuestro grito sea vuestra vergüenza. Contra el despido de 64 interinas y contratadas del Hospital Universitario de Getafe”. Sobre los temas no estrictamente relacionados con la sanidad pública cabe mencionar el de las pensiones, como se vio en las camisetas y pancartas que exhibían los manifestantes de avanzada edad: “Los mayores en lucha por nuestros derechos: pensiones, sanidad, dependencia”; “15-M en defensa de nuestras pensiones”. La sanidad, la educación, otros servicios públicos y el empleo son temas que pueden aparecer juntos en varios lemas, por ejemplo: “No a los recortes y privatizaciones, Sí a la sanidad y los servicios públicos”; “¡Cómo no te voy a odiar, Mariano, si nos quitas el trabajo, la educación y la sanidad”. Una letrero pegado en la espalda de varios manifestantes mostraba su visión particular sobre el gran emblema de este Gobierno: “Marca España: pobreza, paro, suicidios, desahucios”. Al igual que en o tras recientes protestas se sigue rechazando la corrupción y exigiendo castigo para los que se considera culpables: “Los queremos en Soto del Real, como a Díaz Ferrán”. Los temas se extienden más allá de las propias fronteras y se pide la suspensión del pago de la deuda y la no dependencia de Alemania: “No queremos, no nos da la gana, ser una colonia de la banca alemana”. Sobre las autoridades gobernantes no hay simple desafecto, sino rechazo absoluto: “Pueblo de Madrid, movilízate, a estos sinvergüenzas párales los pies”; “Que se vayan, se vayan, se vayan / que se vayan de una puta vez, / que se vayan, se vayan, se vayan / que se vayan para no volver”. Todo esto viene a demostrar que una gran parte de la gente que se moviliza lo hace por una serie de temas o contra una política determinada, esto es, contra el conjunto de medidas que se toman con pretexto de la supuesta crisis y que, sin embargo, se considera que pertenecen a una ideología que solo salvaguarda los intereses de las élites económicas y financieras. Así pues, se puede decir que, como en otras movilizaciones de los últimos tres años, la marea blanca está aglutinando no solo a los defensores del sistema sanitario público, sino también a un creciente movimiento de resistencia más general.
Siempre pacífica y festiva
Algunos medios de comunicación y representantes políticos de la oposición han destacado de esta última marea blanca su carácter lúdico y alegre, y lo han achacado a la paralización del proceso privatizador ante los tribunales, pero en el ambiente de esta protesta no había nada especialmente diferenciador respecto a otras mareas precedentes, en otras palabas: la marea blanca siempre ha sido pacífica y festiva. Las orquestillas, las batucadas y la actuación de la Solfónica son ya habituales. La música y el baile son parte de las armas de este movimiento, que no faltaron siquiera en la pequeña concentración que tuvo lugar ante el Ministerio de Sanidad en pleno período vacacional, el 18 de agosto: La Solfónica fue elemento cohesivo y alentador en aquella protesta. En la marea de septiembre el ritmo lo marcaron los tambores hechos con papeleras boca abajo que suelen acompañar a las pancartas del hospital La Paz, también los equipos de sonido de los distintos colectivos que lo mismo inventaban cánticos para la ocasión que se lanzaban a entonar conocidas canciones protesta como el Canto a la Libertad de Labordeta. La Charanga de Palomeras Bajas animó a los que estaban en la parte trasera y consiguió que entrasen en Sol coreando “Sí se puede” y “El pueblo unido jamás será vencido” a ritmo de baile. Y, como es casi costumbre, al final de la marcha la Solfónica se situó a un lado de la “ballena” (entrada acristalada del tren de Cercanías) para entonar parte de su repertorio rodeada de gente. El ambiente de la marea blanca fue tan tranquilo que ni siquiera había furgones policiales¾como en otras ocasiones¾ tapando la fachada del Ministerio de Economía y Administraciones Públicas en la calle de Alcalá; tan solo cinco agentes uniformados estaban apostados en la puerta con el casco en la cintura.
La marea blanca del 23 de junio expulsa al MSR al grito de “Nazis fuera”
El carácter pacífico de la marea blanca no impide la contundencia con lo que no se debe tolerar de ninguna manera, sobre todo con los grupos que ellos consideranxenófobos o fascistas. En la pasada manifestación del 23 de junio, la de recorrido “inverso” (desde Sol a la Puerta de Alcalá), y en la que se tiraron por toda la Puerta del Sol las papeletas de la consulta a favor de la sanidad pública, hubo un incidente que poco ha sido relatado por los medios de comunicación masivos: varios jóvenes del MSR (Movimiento Social Republicano) se sumaron a la marcha con sus banderolas de fondo negro y banderas españolas rojigualdas. (En las movilizaciones de la resistencia madrileña solo se exhiben banderas españolas republicanas). A pesar de que los del MSR coreaban las consignas “Sanidad pública”, “Nuestra sanidad no se toca” o “El pueblo unido jamás será vencido”, la mayoría de las personas que estaban próximas a ellos no consentían su presencia y los gritos de “Fuera fachas” y “Vosotros, fascistas, sois los terroristas” fueron cada vez más intensos. A la altura de la estación de metro Sevilla un grupo de manifestantes enlazó sus manos para hacer una barrera que impidiese el enfrentamiento físico; aún así los ánimos se iban enfureciendo: “Esto se está calentando”; “Que se va a liar”. Las banderas republicanas acorralaban más de cerca a las rojigualdas, y ya era muy insistente el “Nazis fuera”. Por fin, cerca de la confluencia con la Gran Vía, la Policía Nacional rodeó a los del MSR y los sacó de la marcha. Desde la marea blanca aplaudieron, habían logrado echarlos sin que se desatara la violencia.
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martes, 18 de junio de 2013

GRAVÍSIMO: Se sancionará a una empresa si sus trabajadores protestan. Se usa la relevancia de las noticias como referencia para tablas de sanción. Hay una lista de medios informativos

GRAVÍSIMO: Se sancionará a una empresa si sus trabajadores protestan. Se usa la relevancia de las noticias como referencia para tablas de sanción. Hay una lista de medios informativos
Hay noticias que deberían aparecer en la portada de los periódicos a cinco columnas por su extrema gravedad para la consolidación de una democracia, sin embargo quedan sepultadas  en los actuales tiempos bajo la sucesión de informaciones referidas a la corrupción, el gran saqueo ¾también conocido como “crisis”¾, la destrucción del estado del bienestar, el desempleo elevadísimo y la pobreza y la desolación que todo ello provoca. Esto es lo que ha ocurrido con unas noticias sobre Metro de Madrid aparecidas ente  el 10 y 12 de junio en algunos medios de comunicación, entre ellos ELPLURAL.COM y la CADENASER.COM bajo los siguientes respectivos titulares: “Metro de Madrid sancionará a las empresas de seguridad si sus empleados denuncian en la prensa conflictos laborales”; “Metro de Madrid multará a su empresa de seguridad si sus conflictos laborales aparecen en los medios”. Como fácilmente se pude observar los propios titulares ya indican que el contenido de la noticia afecta a derechos reconocidos en los artículos 20 y 21 de la Constitución Española de 1978, esto es, al derecho de manifestación y al derecho a la información en su doble vertiente: “A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”. A pesar de la gravedad de lo que se relata en esas noticias no se ha generado un gran escándalo ¾como cabría esperar en cualquier democracia avanzada¾ ni una cadena de reacciones por parte de los partidos políticos, los sindicatos, las empresas afectadas, los propios medios de comunicación, las asociaciones de la prensa, los juristas, los movimientos sociales ni otros grupos sean institucionales o de la sociedad civil; y si se han producido respuestas o denuncias, éstas apenas han tenido eco en los medios. Así que estamos, aunque no lo parezca, ante otro nuevo hecho noticiable: la indiferencia, la pasividad, la falta de interés por defender esos derechos constitucionales y democráticos.
Las noticias mencionadas se basan en un documento, el pliego de condiciones para la licitación del servicio de seguridad de Metro del 20 de febrero de 2013, literalmente: Contratación de la prestación de los servicios de vigilancia y seguridad en la red de metro”. LICITACIÓN Nº 6011300015. En concreto, se fijan en el apartado “Incumplimientos relacionados con la imagen de Metro”, donde se especifican las condiciones que se imponen con el pretexto salvaguardar la imagen de la empresa pública madrileña. Los aspectos de mayor gravedad que se pueden extraer de la lectura de las noticias y del propio apartado del pliego son:
·         Se sancionará a  una empresa si sus trabajadores realizan protestas multitudinarias, se difundan o no esas protesta a través de los medios de comunicación. La empresa de seguridad adjudicataria será sancionada si sus trabajadores realizan “cualquier acto de protesta multitudinaria” por primera vez con 1000 euros, 2000 la segunda vez, y 4000 la tercera. A partir de esta tercera vez Metro puede rescindir el contrato a la concesionaria con preaviso de un mes.
·         Se usará la relevancia de las noticias con información sobre conflictos laborales como referencia para una tabla de sanciones. Si como consecuencia de los conflictos laborales se difunde información en los medios de comunicación “que diera una imagen objetivamente negativa o pudiera dañar en cualquier aspecto, la imagen de Metro o poner en cuestión los procedimientos de trabajo o los niveles de calidad o de servicio de Metro”, se aplicará una tabla de sanciones que variarán según los medios informativos de ámbito nacional en los que aparezca (agencia, periódico, radio) y número de veces. Las penalizaciones van desde el 2% de lo que la adjudicataria cobra cada mes si se difunde información en una agencia, o un periódico, o una emisora de radio una sola vez,  hasta el 20% si se difunde en dos periódicos o dos agencias cuatro veces. Pero, además, se aplicará una segunda tabla usando la ubicación de la noticia, o lo que es lo mismo, la relevancia o valoración que los medios confieren a la información. Para ello en esta segunda tabla se indica un “coeficiente modificador” diferente si la noticia aparece en  portada, en portada de suplemento, en parte superior de página impar o par. En el caso de medios audiovisuales, si se trata de la primera noticia de un informativo de una emisora de radio se aplicará el baremo más alto (x4, 5), y si es primera noticia de de un informativo regional o local de una televisión de ámbito regional, el más bajo(x1, 1).
·         Hay una lista de medios informativos. En el Anexo IV del pliego se incluye un listado de medios de comunicación en el que figuran cuatro agencias (EFE, Europa Press, Colpisa y Servimedia), diez periódicos (ABC, El Mundo, El País, La Gaceta, La Razón, Cinco Días, El Economista, Expansión, El Periódico y La Vanguardia), seis emisoras de radio (Cadena de Ondas Populares (COPE), Cadena SER, Onda Cero Radio, Punto Radio, Radio Intereconomía y Radio Nacional de España) y cinco televisiones (Antena 3, Cuatro, Telecinco, la Sexta y Radio Televisión Española). En el pliego se advierte que esta relación puede ser “ampliada o modificada” según se produzcan cambios en el ámbito de los medios de  comunicación.
·         Se trata de prácticas con tendencia a implantarse en empresas públicas. Según la CADENASER.COM, Metro afirma que las condiciones no son nuevas pues ya estaban en el pliego de 2008 y, además, la “compañía asegura que otras empresas públicas utilizan el mismo sistema para defender su imagen”. O sea, parece ser que es algo que se está normalizando.

En ELPLURAL.COM completan la noticia con declaraciones de Enrique Lillo, abogado de CCOO, y de juristas sin identificar. Estas fuentes sí destacan la gravedad de las condiciones que contemplan los pliegos. De lo que manifiestan cabe destacar lo siguiente:
Es inconstitucional.
“El pliego de condiciones para la adjudicación de ese servicio de seguridad del Metro es, en esas cláusulas, inconstitucional porque sanciona a la empresa por el ejercicio de derecho de protesta sindical y de libertad de información por parte de sus trabajadores. El ejercicio de derechos fundamentales no puede tener ninguna clase de sanción ni al trabajador ni a su empresa”, (Enrique Lillo para ELPLURAL.COM).

Contra el Convenio de Derechos Humanos
“Lo cierto es que es una actuación gravísima: estamos hablando de aplicar una sanción porque aparezca publicada la información en un medio de comunicación”. […] . “Los periódicos y agencias nominalmente relacionados ven una restricción del flujo informativo. Aparece un aspecto restrictivo manifiesto, una injerencia del Estado (entendido en el sentido amplio de empresa pública-estado), sobre la libertad de prensa, la libertad de información y la libertad de expresión. Va contra el artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos”, (Fuentes jurídicas para ELPLURAL.COM).

Implica al Estado español
“Según la doctrina del Tribunal Europeo esto es una restricción inadmisible. Y lo peor es que si se llevara el asunto allí, no condenarían a Ignacio González, presidente de la Comunidad madrileña, sino al Estado español por atentar contra los derechos humanos ya fijados por el Convenio de Roma de 1950 que indica que el Estado no puede restringir la libertad de prensa, por ejemplo en este caso, establecer sanciones por publicar o no publicar, o porque se haya acudido a los periódicos a denunciar o a informar” , (Fuentes jurídicas para ELPLURAL.COM).



A L A R M A

¡Qué democracia es esta en la que se puede sancionar a una empresa si sus trabajadores protestan! ¡Qué periodismo es este que permite que haya una lista de medios y que su producto informativo sea usado como referencia para tablas de sanción!

La gravedad de lo relatado en las mencionadas noticias es como para poner el grito en el cielo. Parece que nos hayamos acostumbrado al atropello constante de derechos sociales y laborales y, ahora, toca el turno de “los derechos fundamentales y de las libertades públicas”, tal y como los denomina la Constitución. Pero no, NO NOS DEBEMOS ACOSTUMBRAR A LA BARBARIE. De ningún modo se trata de algo insignificante aunque los medios de comunicación no le hayan dado la importancia que tiene. El derecho de manifestación y el derecho a la información nos posibilitan vigilar y defender otros derechos porque permiten denunciar públicamente situaciones de injusticia y, también, abren el acceso al espacio público e informativo a todos; un acceso, por cierto, muy limitado para aquellos que no forman parte de los grupos de poder.

Cuanto más relevante sea una noticia, más relevante será la sanción. Esto es intolerable y los medios de comunicación deberían denunciarlo. La jerarquización de las noticias es parte del trabajo de los medios, pero estos no deben permitir con su silencio que les impliquen aunque sea indirectamente ¾a través de su producto informativo¾ en ningún tipo de castigo. El periodismo debe defender constantemente su independencia, por tanto, ha de combatir estas injerencias.





Las declaraciones que aparecen en ELPLURAL.COM y en la CADENASER.COM están entrecomilladas; la única responsable de este post es la autora de este blog.