sábado, 14 de julio de 2012

Madrid huele a pólvora mientras Rajoy anuncia más ataques a la clase obrera

A las once de la mañana en la plaza de Colón de Madrid comenzó la manifestación en apoyo de la minería del carbón; era el colofón a “la marcha negra” que mineros de Asturias, Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía habían emprendido hacia la capital y que recibió el respaldo de diversos colectivos y ciudadanos venidos desde toda España. Para entonces muchos de los participantes ya conocían las nuevas medidas que contra la clase obrera acababa de anunciar en el Congreso de los Diputados el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; entre otras, estas: subida del IVA, reducción de la prestación por desempleo seguida de palabras humillantes para los parados, supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios. No sólo por esto, sino por lo que viene sucediendo desde que nos obligan a pagar esta estafa que esconden tras el eufemismo “crisis”, mineros y obreros juntos avanzaron hacia el Ministerio de Industria expresándose agradecimiento recíproco y solidaridad. De esta forma la manifestación del 11de julio de 2012 se convirtió en una lucha general de la clase obrera con un símbolo, los mineros, a la cabeza. La lucha minera es ejemplo y banderín para los demás y Madrid, el escenario al que hay que venir para dar la batalla. Mientras Rajoy ofendía a los parados y anunciaba nuevas medidas de destrucción despiadada, Madrid olía a la pólvora minera de petardos y cohetes, y cantaba, una y otra vez, Santa Bárbara bendita en honor de la patrona de los mineros. El gobierno del Partido Popular, brutal y nulo para defender a su pueblo, ha propiciado la solidaridad entre los afectados y con ello ha hecho estallar la guerra social.
Los manifestantes se dirigían por el paseo de la Castellana hacia el Ministerio de Industria en la plaza de Cuzco, pasado el estadio Santiago Bernabéu. Los líderes de las centrales sindicales CC OO y UGT portaban la pancarta de cabecera con el siguiente lema: “Por el futuro del carbón autóctono y la reactivación de las comarcas mineras. Por el empleo”. Tras ellos decenas de miles de ciudadanos hacían ondear banderas y pancartas que revelaban su lugar de procedencia y, por supuesto, entre ellos los mineros vistiendo camisetas negras o verdes reivindicativas y muchos con los cascos sobre sus cabezas a pesar del calor del sol al mediodía. Los mineros caminaban en diferentes grupos a lo largo de toda la manifestación y hacían explotar petardos de vez en cuando. Para esto se colocaban en los laterales procurando dejar la zona despejada antes de dar el petardazo. También había un grupo numeroso de ellos con las banderas de Aragón y Asturias que andaba más adelantado, precedido de una furgoneta. Estos mineros, todos con sus cascos puestos, marchaban organizados en filas y rodeados por un cordón de seguridad formado por hombres y mujeres. Lo del cordón no es en sentido figurado, sino real: iban agarrados a una cuerda similar a las de tender la ropa que rodeaba por la derecha, abajo e izquierda a los mineros organizados en filas y a otros, que detrás de la furgoneta pero antes de las filas, iban lanzando cohetes o hacían explotar petardos. Dentro del cordón había nubes de humo y hacía tal calor que desde el megáfono de la furgoneta se pedía a la gente que facilitase agua a los mineros. Al principio, a algunas personas no les agradaba el estruendo fortísimo de los petardos, aunque otras lo celebraban y aplaudían; luego, se convirtió en lo normal. Tan normal que, alrededor de la una de la tarde, cuando hubo enfrentamientos con la Policía Nacional, los tiros de fogueo y los disparos de pelotas de goma parecían petardos para quienes no los podían ver. Sólo fueron conscientes del conflicto cuando los más cercanos comenzaron a correr y el peligro de la turba huyendo los arrastró. Los incidentes con los antidisturbios se produjeron a la derecha según se avanzaba, frente al Ministerio de Industria, pero la turba atravesó la Castellana horizontalmente e intentaba salir por la izquierda. Una salida obstaculizada por las vallas que separan los carriles centrales de la Castellana del resto, es decir, de los accesos a los túneles de aparcamiento subterráneo y de la calzada más próxima a la acera y a los edificios. La primera valla, la que separa los carriles centrales de los laterales llega a la cintura, por lo que bastantes personas la pudieron saltar, pero, inmediatamente, se encuentran con las barandillas de los túneles que no se pueden saltar porque son mucho más altas y suponen precipitarse varios metros por debajo del nivel de la calzada principal. Así, atrapada la muchedumbre, impaciente y nerviosa, no sabía qué hacer. Las personas mayores no podían saltar ni la primera valla y los jóvenes no hallaban hueco para hacerlo. Con pánico hubo que pasar por los aires una silla de bebé, aunque todos se sintieron aliviados cuando quedó claro que no faltaba ninguna criatura; se trataba de una silla vacía. “No corráis, es lo que ellos quieren, no corráis”, gritaba una señora encerrada entre la multitud. Las personas subidas a los muros de los túneles para atisbar lo que sucedía al otro lado de la calle, cerca del ministerio, voceaban de todo: “Asesinos”, “Hijos de puta”, “Perros”, “Mercenarios”, “Fascistas”, “Esto nos pasa con un gobierno facha”. Todos, con las palmas de las manos en alto: “Somos mineros, no terroristas”; “Menos policía, más minería”.
Solidaridad y gratitud
Los mineros, sus mujeres y otros familiares venidos de diferentes comunidades autónomas fueron acompañados, además de CC OO y UGT ¾organizaciones convocantes¾ , por otros colectivos, a saber: IU, USO, CGT, CNT-AIT, PCE Andalucía, Solidaridad Obrera, Izquierda Anticapitalista, Corriente Roja, 15M, La Comuna de Presxs del Franquismo, PCPE, CJC, ACI Valencia, Sindicato de Estudiantes, trabajadores del Metro de Madrid, Carter@s, bomberos, ferroviarios, siderúrgicos asturianos, trabajadores de Telemadrid, trabajadores de los juzgados, defensores de la sanidad y la educación públicas, pensionistas, yay@flautas de Madrid y Valencia. La gratitud y el apoyo a los mineros llegó a Madrid de todas partes. Se enarbolaban banderas republicanas y banderas de las comunidades autónomas de los mineros, pero también de otras: Cataluña, Euskadi, Galicia, Extremadura. Igualmente, se pudieron ver pancartas de zonas que no destacan precisamente por su riqueza minera: “Baleares también es minera UGT-FIAT”; “Solidaritat amb la unitat minera, ACI València”; “Madrid con la minería del carbón UGT y CC OO”. Por supuesto, en Madrid había muchos ciudadanos que acudieron a título particular, como una señora mayor, pequeñita, que lucía un vestido vaquero y sujetaba por encima de su cabeza una pancarta casera de cartón: “La tercera edad se une a vosotros, mineros de España. ¡Suerte!” Estaba a la izquierda bajo el primer puente que proporcionaba sombra a lo largo de la caminata. La gente la fotografiaba y aplaudía cuando pasaba frente a ella; algunos mineros se acercaban a saludarla y a darle un abrazo o un beso. Muchos de los presentes se emocionaban al ver a aquella anciana tan delicada y frágil sosteniendo con firmeza y una sonrisa aquel cartón. En lo alto de este puente había personas vitoreando a los manifestantes igual que en el que hay a la altura de Raimundo Fernández Villaverde. Subidos en ellos, esperaban con pancartas, aplaudiendo y voceando con los de la marcha sus consignas: “¡Viva la lucha de la clase obrera!” Por las aceras de la Castellana se paraban operarios y oficinistas ¾estos últimos, trajeados, ellos; con tacones, ellas¾ que rompían en aplausos para los mineros. Pero por encima de todo esto sobresalía un grito que ya viene sonando en las protestas madrileñas desde hace más de un mes: “Madrid obrero apoya a los mineros”. Al final de la manifestación esta solidaridad fue correspondida con otro grito, esta vez en boca de los mineros: “Este pueblo sí nos quiere”.
Por la supervivencia de las cuencas
El Gobierno va a recortar en un 63 % las ayudas a la minería del carbón rompiendo lo pactado para este año y condenando al desempleo a los habitantes de las comarcas mineras. En consecuencia, la mayoría de las pancartas y consignas de la protesta iban dirigidas al ministro de Industria, José Manuel Soria, y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Las pancartas les reprochaban el incumplimiento de los pactos, por ejemplo: “Las palabras se las lleva el viento. Lo pactado: el Gobierno”. Otras aludían a la muerte del sector: “RIP Aquí yace la minería. Soria pásate de ministro a enterrador, que se te da mejor”; “SOS Mineros en peligro de extinción” (camiseta). Entre los manifestantes había quienes querían que Rajoy y Soria probasen las delicias de la mina: “Mariano, fulero, trabaja de minero” (voz); “El canario, a la jaula de la mina” (pancarta). (Soria es canario, por eso algunos mineros exhibían plátanos y aseguraban que el plátano canario también recibe ayudas). Una consigna varias veces coreada fue: “El dinero del minero se lo queda el banquero”.
Algunas pancartas y camisetas (C) en nombre de las cuencas
“Cistierna con los mineros. Pozo Santa Cruz”
“Coro minero de Turón, por la defensa de las comarcas mineras”
“Puertollano da la bienvenida a los mineros, héroes del carbón”
“El Berguedá y la minería catalana por la defensa del carbón y la reindustrialización de las comarcas mineras. UGT y CC OO”
“Asturias, paraíso en paro. Industrializar las cuencas Ya. Pozo Montsacro”
“Los mineros de la Potasa con vosotros. UGT Sur”
“Montarrosa con los mineros”
“Toda la puta vida igual. Seguimos luchando. Ayuntamiento de Igüeña”
“Cangas de Narcea y el carbón quieren solución”
“Ariño sí carbón” (C)
“Minería palentina” (C)
“Bierzo” (C)
“Nalón” (C)
“Laciana” (C)
“Fabero no quiere morir” (C)
“Cerredo en lucha” (C)
Pancartas resumen
“Revolución se escribe con carbón”
“Con tantas gaviotas nos estáis dejando el país lleno de cagadas”

Código: 1207141963945
Licencia: Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 (España)

martes, 10 de julio de 2012

Vecinos de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes reciben a los mineros de Aragón

El punto de encuentro era la avenida de España, donde ésta se cruza con la Calle de la Marquesa Viuda de Aldama de Alcobendas y la Calle Real de San Sebastián de los Reyes; la hora, las doce del mediodía del 9 de julio. Esta era la cita para recibir a los mineros de la marcha negra que viene de Aragón. La Avenida de España es común para Alcobendas y ‘Sanse’, en realidad, separa a las dos localidades, una acera para cada una. Los vecinos se habían colocado en el lado de ‘Sanse’ para recibir a los mineros, a pesar de que en la acera de Alcobendas hay más espacio, más bancos para sentarse y más árboles que dan sombra. Y es que los mineros que vienen desde Alcalá de Henares van a llegar a la Avenida de España por el carril de ‘Sanse’ que es el de entrada. Desde las doce los manifestantes allí congregados tomaron posiciones mirando hacia la calzada y desplegando sus pancartas: “Asamblea 15M Alco Sanse”; “Los comunistas con la marcha de los mineros PCPE, CJC”; “Reforma laboral, terrorismo patronal”; “Más mineros, menos banqueros”. Como la espera iba siendo larga, hubo tiempo de sobra para vocear las consignas más conocidas: “¡Viva la lucha de la clase obrera!”; “Hace falta ya una huelga general”; “Uníos, hermanos proletarios”; “La lucha es el único camino”; “Minero despedido, patrón colgado”; “La lucha minera es de clase obrera”.
Pasaban los minutos e iba llegando más gente, como los sindicalistas con banderolas de CC OO y UGT. Los de Comisiones llevaban camisetas negras que por delante decían “No al cierre de la minería del carbón” y, por detrás, “Quieren acabar con todo”. Llegaban más fotógrafos y camarógrafos y periodistas que mientras tanto recogían declaraciones de los que allí aguardaban. La policía de cada localidad estaba en su correspondiente lado de la avenida, sin mezclarse, y el tráfico sin cortar. Las bocinas de los camiones, furgonetas y coches de particulares sonaban festivamente al pasar por el punto de encuentro. Había conductores que sacaban el puño izquierdo por la ventanilla, uno hasta sacó las palmas para aplaudir. Así transcurría el tiempo bajo el sol del verano al mediodía hasta que pasadas las 13 horas se acercan muchos vehículos: coches de los sindicatos con banderas, motos y todoterrenos de la Policía Nacional, un coche de la Guardia Civil de Tráfico. Llegan los mineros, ya se ven los cascos sobre sus cabezas, varias banderas de Aragón, una de Andalucía, otra de Asturias. Sobre una de las banderas de Aragón han escrito: “Mineros en lucha por un futuro con carbón”. Van ataviados con camisetas verdes en las que figura estampada esta leyenda: “Sí a la reactivación de las comarcas mineras”. Por fin se corta el tráfico rodado en el carril de ‘Sanse’. Los mineros pasan por el punto de encuentro con el puño alzado y cantando “Traigo la camisa roja / tranlaralará, tranlará, tranlará / Mira, mira Maruxina, mira…”; es su canción, conocida como En el pozo María Luisa o Santa Barbará Bendita, en honor a su patrona. Los manifestantes que han estado aguardando el encuentro les reciben con aplausos y consignas: “¡Viva la lucha de la minería!”; “Madrid obrero está con los mineros”. Suena un petardo fortísimo que llena la cabecera de la marcha de humo; también en cabeza uno de los mineros porta algo similar a una antorcha encendida. Al ser recibidos con aplausos los mineros no frenan, al contrario, apuran la marcha. Había que estar a la una frente al Ayuntamiento de Alcobendas y ya van con retraso. Los manifestantes, que no pueden mantener el ritmo de sus pasos, suben por la calzada rezagados. A lo largo de la Avenida de España hay transeúntes que se han parado en las aceras para aplaudir y vitorear a la marcha negra. “Pepe, súbete a la moto, no veas que marchan llevan”, grita un manifestante a un vecino que aplaude junto a un semáforo. No, no había moto; el manifestante lo dijo en broma para hacer referencia a la velocidad que llevaban los mineros.
En la Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento de Alcobendas, hay colgados carteles en los que se lee: “Madrid os da la bienvenida, por el futuro del carbón”. Los mineros hacen su entrada en la plaza por arriba, pero los manifestantes que conocen bien su ciudad, atajan por abajo para llegar antes y recibirlos de nuevo, esta vez de forma más pausada. Por megafonía suena la canción Santa Bárbara Bendita que muchos de los presentes corean con el puño en alto. Después, aplausos, repetidos aplausos por ambas partes, de los que llegan a los que les reciben y de los manifestantes a los mineros. Toma la palabra un sindicalista que, tras expresar su agradecimiento a Alcobendas, se acuerda de todos los mineros: los de Asturias, León, Palencia, Castilla-La Mancha y Andalucía. Después pasa el micrófono a Víctor Fernández de UGT y a Francisco Marzo de CCOO. El primero recordó las diferentes acciones que se están realizando en esta lucha por la minería: la huelga general, los encierros en los pozos, diputaciones y ayuntamientos; las barricadas y los compañeros que siguen en ellas; y la propia marcha negra, que comenzó en Andorra (la de Aragón), Mieres (Asturias) y Villablino (León). Dijo que seguirían luchando y que no les van e robar el puesto de trabajo. Reclamó el dinero que corresponde a la minería del carbón y lo comparó con los casos de Bankia e Iberpistas. Como sindicalista dio las gracias a los mineros, añadió que hay que enseñar a los más jóvenes, seguido de “¡Ay, si este país luchara como vosotros!”. Finalmente advirtió: “Que no nos provoquen, nosotros no vamos a provocar a nadie”. Por su parte, Santiago Marzo también agradeció el apoyo recibido desde diversos sectores. Señaló que estaban cansados pero deseando encontrarse con los otros compañeros. Manifestó su objetivo: “Estamos luchando para que las comarcas sobrevivan”. Explicó que son zonas donde la minería es lo más importante y que están luchando para que sus hijos no se vayan. Acabadas las intervenciones, los vecinos exclamaron: “¡Mineros, sois ejemplo de lucha!”; “El pueblo unido jamás será vencido”. Otra vez más escucharon y entonaron la canción en honor de la patrona de la minería, y los vecinos, formando un pasillo, volvieron a aplaudirles según abandonaban la plaza.

Safe Creative. Código: 1207101945059
Licencia: Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 (España)