jueves, 22 de septiembre de 2011

“El patio de mi cole es particular, si no tienes dinero no puedes entrar…”

El veinte de septiembre a las seis y media de la tarde, la manifestación por la educación pública salió de la plaza de Neptuno ¾ en el mismo lugar y a la misma hora que la que se celebró el miércoles pasado¾, recorrió el paseo del Prado en dirección a la glorieta de Cibeles, luego torció por la calle de Alcalá (en dirección metro de Sevilla), donde se ubican la Consejería de Educación y Empleo de la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Educación; finalmente, en la plaza de la Puerta del Sol se leyó un manifiesto por parte de los convocantes. Pero la marcha fue mucho más que eso.
Profesores, maestros, padres, madres, alumnos (de primaria, secundaria y bachillerato) y más ciudadanos procedentes de las distintas localidades de la comunidad autónoma iniciaron el recorrido, muchos de ellos portando pancartas en las que figuraba el nombre de su colegio o instituto; y muchos, además, iban ataviados con camisetas verdes en las que se podía leer: “Educación pública: para tod@s de tod@s”. En la cabecera de la protesta ondeaban las banderolas de los sindicatos y desfilaba la pancarta principal con el lema: “La educación no es gasto, es inversión. No a los recortes”. Pero también la marea verde había elaborado sus propias pancartas. Algunos de los textos eran los siguientes: “Mis alumnos también son excelentes”; “No es país para jóvenes”; “La mala educación. Un film de Esperanza Aguirre”; “Más inversión en educación, menos despilfarro”; “Con el futuro de nuestros hijos no se juega”; “Antes de Lucía la educación lucía”; “Se vende instituto público” con dibujo de teléfono incluido imitando los carteles de las inmobiliarias para vender pisos. En alusión a los recortes también desfilaban tijeras abiertas de cartón y coloreadas en rojo.
Como en toda manifestación reivindicativa se vocearon consignas y se entonaron cánticos. Unos eran específicos, es decir, sobre la enseñanza pública; otros ¾ muy conocidos por Madrid¾ eran de rechazo al conjunto de la política desarrollada por Esperanza Aguirrre; y algunos se referían a la crisis y al descontento con los partidos políticos mayoritarios. A continuación un poco de todo ello:
“El patio de mi cole
es particular
si no tienes dinero
no puedes entrar.
Agáchate
y vuélvete a agachar
que si te ve la Espe
te hace pagar.
Hache, i, jota, ka, elle, eme, a,
si no nos hacen caso
volveremos a empezar”.
"Los buenos estudiantes tenemos un deseo
que para la privada no haya dinero.
Dinero pa’lla,
dinero pa’ca,
Pública pa’lante
privada pa’tras".
(Esto se baila, claro).

“¡Oh eh oh eh oh eh oh ah!
A Esperanza le queremos preguntar:
¿cuántos negocios se van a montar
con la educación y la sanidad?”

“Que la detengan
es una mentirosa, f…. y peligrosa,
todo lo quiere privatizar”.

“Qué casualidad, qué casualidad,
el hijo del obrero no puede estudiar”.

“Una Esperanza se balanceaba
sobre la escuela secundaria
como veía que no se caía
fueron a llamar a otra Esperanza…”

Unos preguntan: “¿El PP?”
Otros responden: “Privatiza”
Vuelven a preguntar: “¿El PSOE?”
Vuelven a contestar:” Autoriza”

“Si somos el futuro ¿por qué nos dan por culo?”

“El mal de la enseñanza se llama Esperanza”.
“Sanidad y educación, NO a la privatización”.
“Nada, nada para la privada”.
“Sobran chorizos, faltan profesores”.
“Que no, que no, que no queremos pagar la deuda con la educación”.
“Escuela pública”.
“Espe, Espe, especulación”.
“Un bote, dos botes, Espe el que no bote”.
“Esperanza, dimisión”.
“Lo llaman democracia y no lo es”.
“Que no, que no, que no nos representan”.
“Hace falta ya una huelga general”.
“Aquí, aquí, ni un paso atrás, esta lucha la vamos a ganar”.
“Ahí está la cueva de Ali Babá”.
“Luego diréis que somos cinco o seis”.
Los gritos más estruendosos tuvieron lugar frente a las sedes de las instituciones educativas en la calle de Alcalá. Las manos agitándose en lo alto ¾como si hicieran los cinco lobitos¾, pitidos, carracas, tambores, vuvuzelas, tapas de cacerolas, ¡uuuh! Entre las ocho y media y las nueve la protesta comienza a dispersarse, pero todavía un grupo de manifestantes encabezado por tambores y alguien que les marca el ritmo se dirige a la Puerta del Sol, bailando y dando palmas al mismo tiempo que gritan “Pública”. Al llegar algunos se detienen ante las cámaras y reporteros de Televisión Española y Telecinco y de nuevo vocean: “Esperanza, dimisión”; “No somos gasto, somos inversión”; “Esperanza, no jodas la enseñanza”; “Este partido lo vamos a ganar”; “Televisión, manipulación”. Había que aprovechar.
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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Extraño concurso por teléfono para apostar a Euromillones

MUY IMPORTANTE:
NO FACILITES TUS DATOS BANCARIOS
No está detrás el sorteo oficial de Euromillones
Has ganado 1600 euros de mentira, paga 55 de verdad
Me han llamado dos veces al teléfono fijo. La primera vez era una voz femenina. Me propuso participar en un concurso en el que yo tenía que acertar un eslogan relacionado con Euromillones. Como respuesta había tres opciones; dos de ellas tan ridículas y absurdas que era muy fácil dar con la respuesta verdadera. Así que la voz femenina me dice que acerté el eslogan y que he ganado 1600 euros para jugar al sorteo de Euromillones. “Ya sabe, ha visto usted el anuncio del perrito Pancho en televisión. Pues ese.” Después me soltó un rollo al que no presté mucha atención hasta que me dijo que había que pagar 55 euros. “¿Hay que pagar?” —pregunté para cerciorarme—. Ella me explica que sí, a través de un contrato grabado en el que yo facilitaría mis datos. Les respondo que no me interesa. “Pero ¿cómo? ¿Me va a decir que no le interesan 1600 euros?” —dice la voz femenina—. “No, no me interesa y no voy a pagar nada. Prefiero ir a una administración de loterías, coger un boleto y apostar como yo quiera” ¾contesto—. Así que tranquila y educadamente nos despedimos.
Me quedé pensando que si no era un timo se parecía mucho. En cualquier caso, con 55 euros al mes podría hacer muchas apuestas por mi cuenta, sin intermediarios ni cosas raras. Me olió a chamusquina también por lo del perrito Pancho, al que nunca he visto en la publicidad de Euromillones sino en la de la Primitiva. Ya que se inventan rollos de estos podrían informarse mejor. A veces los detalles son cruciales para descubrir los engaños.
“¿Sabe usted que es más desagradable que un helado de mierda?”
A la semana siguiente volvieron a llamar, en esta ocasión la voz era masculina. Me dijo que habían seleccionado el teléfono de forma aleatoria, pero yo ya empezaba a creer que esto también era mentira. Le contesté que era la segunda vez que telefoneaban y que no me interesaba el concurso porque ya en la primera llamada me sonaba a timo y a engaño. Colgué. ¡Para qué dije nada! Esta segunda llamada tuvo lugar alrededor de las tres y media de la tarde. En cuanto colgué el auricular volvieron a llamar, pero no lo cogí pensando que serían ellos. Llamaron seguidamente cuatro o cinco veces más y yo seguía sin descolgarlo. Pasado un periodo mayor de tiempo (unos quince minutos) volvió a sonar el teléfono, lo cogí y una voz masculina me dijo: “¿Sabe usted que es más desagradable que un helado de mierda?”. “¿Lo has probado?” —pregunté—. Me colgó, pero las llamadas no cesaron. Cada cinco o diez minutos volvían a llamar, así estuvieron hasta las seis de la tarde.
V de venganza
Después del exabrupto no volví a descolgar el teléfono, por supuesto. Me dediqué a buscar por internet y estas son algunas de las cosas que encontré:
Personas que indican el nombre (o varios nombres) de la empresa que está detrás de esto y diversos números de teléfono según provincias.
Otros explican que si aceptas el contrato entras a formar parte de una peña de cien personas para hacer apuestas y que, entre tantas apuestas, con frecuencia toca algo de la combinación ganadora, pero que a repartir entre tantos sólo te llevas unos céntimos.
Otros han picado y expresan sus temores respecto al contrato tras cancelar la cuenta bancaria cuyos datos han facilitado.
Un ex trabajador de la empresa aconseja colgar el teléfono sin mediar palabra.
Precisamente en el relato de este ex trabajador encontré la explicación de tanta llamada telefónica después de haberles insinuado que me sonaba a timo. Cuenta que los números no se eligen aleatoriamente sino que hay una lista y sobre el número de teléfono de las personas que protestan o se enfrentan a ellos ponen una V, de venganza, la cual consiste en telefonear insistentemente. Se van pasando el folio entre los trabajadores y van llamando. Lo que explica este ex trabajador cuadra perfectamente con lo que hicieron conmigo aquella tarde de timbrazos continuos.
Para concluir
Respecto a los consumidores:
No siempre se trata de dilucidar si el negocio es legal o ilegal, pues algo puede ser legal y no interesar nada. Aunque el asunto resulte atractivo en nuestras manos está no picar. Hasta la sabiduría popular lo advierte: “Nadie da duros a peseta”. Sin embargo, y por lo que se cuenta en los foros, son muchas las personas que han aceptado el contrato y han proporcionado sus datos bancarios. Pero ¿no hay suficientes fraudes para que seamos algo más precavidos? ¿De veras piensan que si toca un premio gordo lo van a repartir entre los pardillos que participan? ¡Con las artes que se traen! Increíble.
Respecto al trabajo:
Que existan empleos de estos me parece una mezquindad. Hay mucha gente desesperada buscando empleo y se encuentran con estos trabajos de teleoperadores donde no basta con engatusar al cliente, sino que además hay que molestarle (o “vengarse”). Tendríamos que tener claro que los que están detrás de ciertos negocios y se valen de toda argucia no son emprendedores sino otra cosa que mejor no nombro. Y eso es lo que ofrecen: trabajos ruines y asquerosos.
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